Luego de trasgredir varios acuerdos “de palabra”, la familia Stipicic finalmente optó por efectuar una denuncia formal, ante los problemas que ha originado la construcción de la mina, como ruidos molestos, emanación constante de polvo, ensanchamiento de camino y vehículos a alta velocidad. Aún no han comenzado a extraer carbón, sin embargo, la construcción de la Mina Invierno, ubicada en Isla Riesco, desde el comienzo de sus faenas en 2010, ha causado un significativo impacto en los residentes que han permanecido en el lugar. Uno de ellos es la familia Stipicic de la Estancia Anita Beatriz, quienes han hecho una campaña masiva en contra de la actividad que lleva a cabo la empresa.
Pero esta vez la acusación se dirige a un hecho local, ya que Gregor Stipicic denunció en Carabineros a la minera el jueves, por lo que define como una usurpación de terrenos y daños a la propiedad privada, ante el ensanchamiento de un camino que pasa por su predio, en el cual transita la maquinaria encargada de las obras de la empresa.
“Desde que se iniciaron las faenas mineras de construcción a mediados del 2010, hemos tenido problemas con la minera en relación el camino, y más que nada de relación con los vecinos. En un principio fue que cuando pasaba las máquinas había un pequeño ensanchamiento del camino, que es privado. Posteriormente hay cosas más graves, como que me rompieron dos veces el cartel de la estancia, el cual luego repararon. Y me atropellaron también un perro ovejero que tenía acá”, expresó Stipicic.
El ganadero declara que el gerente de la mina se ha reunido en reiteradas oportunidades con ellos, comprometiéndose a que hechos como los sucedidos no volverían a ocurrir, sin embargo, y tras romper nuevamente un compromiso acerca del impedimento a realizar algún trabajo en la ruta sin antes llegar a un acuerdo formal, decidieron tomar acciones legales.
“Pasan a gran velocidad frente a las casas, haciendo mucho ruido, y con mucha emanación de polvo. Y lo principal es el constante ensanchamiento del camino, que ya llegó a ser demasiado grosero”, declara el estanciero, quien añade: “Yo estoy viendo en estos minutos los documentos de línea base, que son los documentos que ellos hacen previo a la faena, en que ellos establecen, por ejemplo en el punto del camino, el ancho del camino varía de 4,5 a 6 metros, en la ruta la de 560, con un preferente de 4 metros. En este minuto tengo un camino que llega a 10, 11 metros. Entonces si tú ves eso, realmente están infringiendo completamente lo que ellos establecieron en su informe de Estudio de Impacto Ambiental”.
De acuerdo con este informe, el impacto en términos de ruido, y contaminación por emanación de polvo iba a ser “despreciable”, y “no es así”, explicó Stipicic, quien también lamentó la poca fiscalización por parte de los organismos del Estado. Otros de los efectos que puntualiza el estanciero es el ruido de las faenas del rajo, que se escucha desde su residencia, la vulnerabilidad ante el paso de personas ajenas a su propiedad, además de la contaminación de manantiales, y el desplazamiento de fauna nativa, como el zorro, el cual ha acabado con el 15% de sus corderos.
“Lamentablemente debe ser uno el que debe estar velando por su seguridad e integridad. Apelamos a la buena voluntad y probidad de ellos, pero lamentablemente uno tiene que tomar medidas de fuerza y de presión y esta es una de ellas”, manifestó.