La madrugada de ese día desconocidos ingresaron al colegio, ubicado en Avenida Bulnes Nº 1240, por el gimnasio del establecimiento, generando pérdidas millonarias.
Aproximadamente a las 06.40 horas, el auxiliar del colegio se percató que estaba encendida la luz de la oficina del subdirector, “lo que lo indujo a pensar que ya se encontraba en el recinto”. En un recorrido se pudo percatar que en el pasto habían seis televisores plasma Sony, un DVD, un computador, más otras especies.
Carabineros llegó al lugar y pudo constatar el panorama desolador al interior del aula y oficinas. Todo era de absoluto desorden, con papeles tirados en el suelo, y un particular ensañamiento tuvieron con la oficina de la directora, “donde los delincuentes, fuera de destruir papeles y causar desorden, aparentemente orinaron sobre las especies que allí habían, inclusive las paredes y vaciaron tres extintores, conducta que no desarrollaron en las otras oficinas”.