
Iñiguez fue enfático en señalar que el sistema de “categorización de pacientes”, que se utiliza en todos los servicios de urgencia del país, permite priorizar -según su gravedad- la atención de pacientes, facilitando la atención oportuna de los enfermos graves o en riesgo vital, por sobre los cuadros banales y no privilegiar la atención por orden de llegada.
En cuanto a las atenciones categorizadas, estas bordearon las 104.938 atenciones, de las cuales la categoría C4 fue la de mayor demanda alcanzando 57.670, mientras que la categorización menos demandada fue la C1 con 158 atenciones (casos de riesgo vital). De estas, 39 mil correspondieron a atenciones C4 adultos y 18.599 atenciones infantiles. Sólo 2 mil fueron atenciones obstétricas.
“Se categorizan desde C1 hasta C5, según la última instrucción recibida desde el nivel central, es decir el MINSAL. Recibirán primero atención quienes se encuentren en riesgo de muerte. Después se atenderán aquellas patologías de alto riesgo, las cuales requieren de atención médica inmediata y un período de observación adecuado. Posteriormente, nos centraremos en aquellas enfermedades que no son de alto riesgo y por último se atenderá a los pacientes cuya situación de salud no requiere de atención inmediata o que incluso podrían atenderse otro día. Este paciente se atenderá cuando el personal de salud se desocupe de atender a los pacientes más graves. Grupo aparte son los pacientes traídos por Carabineros o PDI a constatar lesiones o toma de alcoholemia. A ellos, se les intenta dar prioridad, siguiendo el principio de que las unidades policiales se deben desocupar a la brevedad de este trámite, para que puedan volver a sus funciones de servicio y protección de la comunidad. El mismo principio se aplica al SAMU y a bomberos”, explicó el Doctor Iñiguez.