Una visita del obispo de Magallanes, Bernardo Bastres, recibieron ayer los tres ciudadanos vietnamitas que están esperando que se oficialice la expulsión a su país, en dependencias del cuartel de la Policía de Investigaciones. Los extranjeros llevan 18 días en Punta Arenas, luego de lanzarse al mar en una balsa construida por ellos mismos. Aduciendo supuestos malos tratos y sueldos bajos abandonaron el buque donde trabajaban.
Monseñor Bastres dijo que la experiencia de estos vietnamitas fue al límite, “buscando nuevos horizontes y una fuente laboral distinta, lo que refleja que no lo estaban pasando muy bien”. Además recordó que hace poco fueron tripulantes de un buque chino los que saltaron al mar y fallecieron tres de ellos y un cuarto desapareció. Junto con el saludo el pastor les entregó un obsequio a los vietnamitas, uno de los cuales profesa la religión católica.
Por su parte, el jefe de la Prefectura Regional de la PDI, Jorge escobar, dijo que el trámite legal de expulsión está listo y que faltan por afinar algunos detalles, además de recepcionar los pasajes aéreos.