Alejandra Pineda Barría, la estudiante de siete años que diariamente luchó por salir del estado crítico en que llegó al Hospital Clínico de Magallanes, después de ser atropellada violentamente por un furgón, el martes 22 de enero, lo está logrando. Prueba de ello es que los informes iniciales daban cuenta de un estado grave, casi irreversible, con riesgo vital permanente.
La médico jefe de la Unidad de Paciente Crítico de Pediatría, Patricia Amarales, confirmó ayer que “la menor salió de su condición crítica, está en una etapa de recuperación y se le retiró el ventilador mecánico”. Lo que más preocupa en estos momentos es el compromiso neurológico y las secuelas que podría arrastrar a futuro la pequeña víctima.
“Por ahora queda solamente esperar, hacerle exámenes, trabajar con la madre, porque el centro de rehabilitación ya la evaluó”, indicó la doctora Amarales, quien valoró la evolución que presenta en estos momentos la pequeña Alejandra, aunque reconoce que “queda un largo periodo por delante”.