Inach continúa tarea de reconstruir la era de los dinosaurios

General
11/02/2013 a las 08:07
Ya son más de cinco años del trabajo que está realizando el Instituto Chileno Antártico con el fin de reconstruir parte importante de la historia local, el cual esperan logre atraer el turismo de intereses especiales. Hace más de cien millones de años, enormes derrumbes subterráneos, a más de cuatro mil metros de profundidad, en la gran cuenca oceánica que formaba antes toda la región austral, provocó la muerte masiva de un gran número de lagartos peces, o ictiosaurios, los cuales, gracias a este evento geológico, quedaron para siempre inmortalizados en lo que hoy constituyen las rocas y cerros de la Patagonia.
Es a partir del descubrimiento de estos restos que el Instituto Chileno Antártico, INACh, está llevando a cabo en el transcurso de los últimos cinco años, sendos proyectos que buscan desentrañar parte de esta historia ubicada en la era cretácica, aproximadamente entre 245 a 90 millones de años, y de la cual ya han rescatado restos fósiles de flora y fauna, incluida la de ictiosaurios y plesiosaurios. Así lo detalla Marcelo Leppe, jefe del departamento científico de la INACh, quien hoy parte con un grupo de investigadores al Cerro Guido, a continuar la búsqueda, esta vez de plantas y animales terrestres de la época.
Respecto al balance de estos años de trabajo destaca: “hemos podido llegar a la conclusión de que existen al menos tres tipos de ictiosaurios distintos, que estos eran animales que vivían en grandes concentraciones y que esta era la mayor concentración de ictiosaurios de todo el hemisferio sur”.
Los investigadores han encontrado incluso ictiosaurios -los que no son dinosaurios sino reptiles marinos-, que tienen crías en el abdomen, es decir los parían, situación que lo hace diferente a todos los reptiles que se conocen en la actualidad: “Y por primera vez en la naturaleza aparece esta forma de delfín”, señala Leppe. Este gran parecido con el mamífero acuático lo identifica con el principio evolutivo llamado “La economía de la naturaleza”, y trata sobre cómo la madre tierra vuelve a inventar formas similares en linajes que no tienen conexión alguna.
La mayoría de los ictiosaurios chilenos no tienen dientes, detalla el biólogo, podían sumergirse a grandes profundidades y nadar a gran velocidad, pero tenían que respirar igual que los delfines, es decir, si los privaban de oxígeno morían, que es lo que debió haber pasado cuando sucedieron los derrumbes subterráneos: “eran arrastrados a grande profundidades, rápidamente, y no alcanzaban a respirar y se morían. Por eso se depositaron en grandes cantidades”.
A todo esto se suma el haber datado los restos, los que tendrían alrededor de 100 millones de años: “y que además están con toda su fauna acompañante: ammonites, belemnites (moluscos cefalópodos), peces, maderas, y fragmentos de rocas. Por lo tanto ya tenemos una idea de cómo ocurrió de que todo estos organismos estuvieran juntos muertos en ese lugar”.
Estas especies murieron rápidamente por derrumbe submarino, y se depositaron todos al mismo tiempo en grandes sedimentos de gran espesor llamados turbiditas, explica Leppe, agregando que luego de conocer esta información, surgieron nuevas preguntas sobre si acaso estaban conectados con ictiosaurios que habitaron en el período jurásico, en zonas de Alemania.
Otro de los proyectos que están llevando busca establecer la relación entre la Patagonia y la Antártica: “También hemos avanzado bastante. Sabemos que existía una gran cuenca marina que tenía 4 mil metros, un cuenca bien profunda que venía desde el sur, y abarcaba gran parte de la Patagonia, y el borde se encontraba por donde está ahora el Cerro Guido, y se prolonga hacia el sur cubriendo esta región”. Es por esta razón que actualmente se pueden encontrar fósiles marinos en la zona de Fuerte Bulnes, en Laguna Parrillar, en las inmediaciones de Puerto Natales, y Cerro Dorotea.
“De ahí hacia el norte se ubicaría ya el ambiente continental donde se ha hallado plantas y animales terrestres, entonces estamos reconstruyendo un capítulo de la historia, que debería corresponder alrededor de los últimos 10 millones de años de la era de los dinosaurios. Y este momento es importante, porque por primera vez las especies que constituyen el bosque chileno, iban a entrar a Sudamérica”, detalla el experto, exponiendo que en esta época se podría datar el origen de nuestros bosques: “La hipótesis nuestra es que uno puede subir al andino, y puede encontrar algo parecido a lo que era los ambiente antárticos que habían hace más de 70 millones de años”.
La evidente importancia de todos estos descubrimientos es recalcada por el investigador, el cual señala podría constituir a futuro un importante polo turístico, como ya lo es en Alemania y Reino Unido. Una oferta turística “de intereses especiales”, la cual está reuniendo el interés de empresarios turísticos dueños de estancias y guías de la región.

PUBLICIDAD

Pingüino Multimedia entrega este espacio a su público para la expresión personal de opiniones y comentarios apelando al respeto entre unos y otros desligandose por completo por el contenido de cualquier comentario emitido.

Comentarios


comments powered by Disqus
Más noticias
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD