Bernardo Bastres, obispo de la diócesis de Punta Arenas, ante la renuncia del pontífice. El anuncio que hizo este lunes por la mañana el Papa Benedicto XVI, sobre la renuncia al ministerio papal por razones de salud,- en abril cumplirá 86 años-, ha causado la natural conmoción del mundo católico, ya que a pesar de la evidente falta de vitalidad del sumo pontífice, que le ha impedido efectuar su agenda con normalidad, no existían indicios respecto a esta renuncia que se hará efectiva a fines de febrero. El Pontífice se une así a una corta lista de renuncias al ministerio papal en la historia de la Iglesia Católica, quedando la sede vacante a partir de las 20 horas del próximo 28, cuando comenzará el proceso de elección del sucesor.
El representante de la Iglesia Católica en la región, el obispo Bernardo Bastres, también declaró su sorpresa sobre el anuncio, y subrayó la “humildad y la libertad interior” del sumo pontífice para llevar a cabo tan significativa decisión: “En primer lugar yo creo que nos sorprendió a todos. Sobre todo porque no había ningún rumor de la renuncia del Papa”, detalla el cura, quien relata una anécdota ocurrida hace dos años atrás: “Él, en uno de los viajes que hizo, en esos diálogos que tiene directamente con los periodistas arriba del avión, le preguntaron si iba a renunciar o no, y él dijo que cuando se diera cuenta que las fuerzas no le dieran, o que la edad le pesaba mucho: ‘no tengan miedo -le dijo a los periodistas-, yo voy a renunciar. Sabré el momento preciso que Dios me pida renunciar’”.
Sobre esta cesión de funciones, Bastres explica que es la primera vez que se realiza con un tiempo prudente para organizar el cónclave y la elección de un sucesor, lo que recalca la personalidad y el trabajo ordenado y sistemático de Benedicto XVI: “Ya había sucedido antes, lo que pasa es que estábamos acostumbrados a que los Papas morían siendo Papas. Pero este hombre yo creo que fue consecuente con lo que dijo desde el primer día: ‘Acepto este ministerio porque me lo han pedido los cardenales y daré lo mejor de mí hasta que el Señor así lo quiera’. Y como él dijo se siente enfermo, se siente agotado y por eso renuncia. Con eso yo creo que nos ha dado el tremendo ejemplo de libertad interior, y también de humildad. Porque el darse cuenta que ya está limitado necesita uno mucho humildad, mucha libertad interior para decir, hasta aquí llego”.
Orden y disciplina
El representante de la diócesis de Punta Arenas también hizo un balance de estos casi ocho años de papado de Joseph Ratzinger, en el que vuelve a destacar el orden y la disciplina del prelado alemán, al que le ha tocado vivir importantes conflictos dentro de la Iglesia: “Nos hemos dado cuenta que hemos tenido un excelente Papa. Que es alemán, que ha sido ordenado, que ha dado una libertad interior a la Iglesia muy interesante. Yo digo que es una autoridad que ha reconocido la institución de la Iglesia en los pecados, ha pedido perdón, ha dado muestras clarísimas de por dónde ir, a aquellos que cometen delitos contra menores, qué hacer, y nadie esperaba que un hombre de 80 años hiciera todo esto. Lo ha hecho como pocas instituciones lo han hecho”, manifestó.
Una vez que se hace efectiva la salida de Benedicto XVI, quien asumirá la administración de la Iglesia es el cardenal camarlengo, quien deberá reunir al cónclave donde se citarán a los cardenales que tengan menos de 80 años de los cuales deberá salir el próximo Papa,y en el que por la edad, podrá participar el cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz. Respecto a quién podría ser el sucesor del actual Pontífice, el obispo señala: “A mí me parece que la elección del Papa siempre es sorpresa. Fue sorpresa cuando eligieron al Papa Juan Pablo II. (…) Hasta entonces iban puros Papas italianos, y de repente eligen a un polaco. Así también pasó con el Papa Benedicto XVI”.
Y aunque los rumores acerca de los posibles candidatos no suelen ser certeros, existe desde hace tiempo una demanda por parte del mundo cristiano para que el Papa salga desde otro continente fuera del europeo, considerando que la mayor concentración de cristianos en el mundo se encuentra en América, con más de 550 millones de fieles, los que ascienden a casi el 50% del total estimado. Sobre este respecto, el cura Bastres manifiesta: “Si viene un Papa africano, o un Papa asiático o uno latinoamericano, esperamos que el que venga continúe con la misma línea, logre ayudarnos a la Iglesia a seguir trabajando por donde quiere el Señor y, sobre todo, que nos ayude a la comunión. Pero no importa de dónde venga. En ese sentido la Iglesia ya está muy madura y a nadie le importaría que venga un obispo que no sea europeo”, puntualizó el prelado.