Punta Arenas no está preparada para personas con discapacidad

General
19/02/2013 a las 08:35
Senadis y Agaci señalan que para la inclusividad universal falta un buen trecho, el principal: el cambio de mentalidad. ¿Está la ciudad preparada para personas con discapacidad? A simple vista parece que no. Y es que la inclusividad que se está llevando a cabo hace mucho tiempo, como con las Jornadas Magallánicas y la Teletón, tiene que ver con la apertura de la conciencia sobre las personas que deberían tener igualdad de oportunidades y de derechos. Ello, no ha podido traducirse en hechos concretos, que guardan relación con una infraestructura disponible que se adecúe a las necesidades de todos.
En la región, de acuerdo al Estudio Nacional de Discapacidad que llevó a cabo el Senadis el año 2004, son al menos 11 mil personas quienes presentan alguna discapacidad, lo que se traduce en uno de cada cinco hogares con un miembro con discapacidad en la zona. Lo que debería traducirse en la configuración más inclusiva, no sólo en términos de no discriminación, sino además de infraestructura, para que puedo ser de efectivo uso universal.
El trabajo está pendiente, y no es a corto plazo, señala la directora regional del Servicio Nacional de Discapacidad, Cecilia Goldzweig, quien apunta, los cambios necesarios parten desde lo más básico, es decir el lenguaje, el cual construye realidades y que actualmente sólo victimiza o invisibiliza a las personas que sufren de discapacidad. Así también sucede en el ámbito urbanístico: “En Punta Arenas, al menos la costanera es un ejemplo bastante accesible y bastante inclusivo, pero no podemos decir lo mismo de muchos de los otros sectores de nuestra ciudad. (…) las personas con discapacidad visual y los socios de Agaci, definen la Plaza Muñoz Gamero como un campo minado. Y es efectivo, el tipo de baldosa que se utilizó en la construcción de la plaza y estos como molos de tensión son tremendamente peligrosos para alguien que es ciego y que no puede ver. Si a eso tú añades el caso de las personas con discapacidad física, que pueden tener problemas de desplazamiento, este también se hace menor”.
La directora señala que desde Senadis se ha presentado un proyecto a la municipalidad, por ejemplo, para que se instalen barreras en la Plaza Muñoz Gamero que entreguen seguridad contra el viento, más allá de las tradicionales cuerdas, las que cuales podrían resguardar no sólo a las personas con discapacidad. La intención “no es hacer infraestructura especial para ellos”, sino más bien una inclusiva y amigable que le sirva a todos, como a personas con niños o abuelitos, que son los más castigados con las ráfagas. Sin embargo, aquello no ha sido considerado, una muestra más de que “nos falta mucho en la región para avanzar en una sociedad más inclusiva”, subraya.
De hecho en términos económicos, detalla, estudios como los del Banco Interamericano de Desarrollo, arrojan cifras de alrededor del 6% de impacto en el Producto Interno Bruto, por la falta de aporte de estas personas, que parten por la carencia de oportunidades.
Para Senadis, explica, desde que Chile firmó la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad, es un compromiso internacional, a partir de la cual surge la ley que crea el organismo, y que implica velar por estos derechos humanos: “Acá cuesta mucho que entendamos que las personas con discapacidad son eso: personas. No son discapacitados, no son minusválidos, no son lisiados (…) las personas tienen valor por sí mismas, y las discapacidad es sólo una característica más”.
Agaci
Así también lo detalla la presidenta de la Agrupación de Amigos de los Ciegos, Ester Andrade Oyarzo, quien expresa, la ciudad tienen muchas falencias, sobre todo en veredas, fallas que se siguen implementando en construcciones nuevas como la Plaza de Armas Benjamín Muñoz Gamero y la remozada calle Bories: “La plaza, que es una construcción nueva, nosotros no diferenciamos cuando está la calle o la vereda porque no tienen nada que lo enmarque, que nos diga que podemos cruzar. Aquí en el mismo Agaci tenemos los semáforos sonoros, pero ahora están malos, y no nos sirven así”.
Oyarzo señala que aunque el Serviu está buscando cada vez más seguido su punto de vista y orientación cada vez que se desarrollan nuevos proyectos, a la hora de implementarlos, hace falta más prolijidad, y precisión, porque el fin no es sólo hacer como que se cumple la nueva ley de inclusividad universal, sino además, que la normativa efectivamente sirva para mejorar las condiciones de vialidad de todas las personas. Por su parte, para Arturo Saldivia, miembro de Agaci, hace falta una mejor educación y preparación a la ciudadanía respecto a qué es la inclusión universal, y las capacidades diferentes que tienen todos. Además, existe una lentitud por parte de los organismos del Estado a la hora de implementar proyectos que hagan más amable la ciudad.

PUBLICIDAD

Pingüino Multimedia entrega este espacio a su público para la expresión personal de opiniones y comentarios apelando al respeto entre unos y otros desligandose por completo por el contenido de cualquier comentario emitido.

Comentarios


comments powered by Disqus
Más noticias
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD