
De acuerdo al seremi (s) de Medio Ambiente en la región, Yanko Cariceo, hace falta una política más proactiva por parte del municipio para apoyar proyectos que busquen reciclar, reutilizar y reducir los desechos que los magallánicos eliminamos a diario, especialmente cuando al actual vertedero municipal sólo le resta entre dos a tres años de vida útil. Por ejemplo, plantea que del total de basura que se reúne en un hogar promedio, cerca del 45% es sólo basura orgánica, es decir desechos provenientes de comida, así como té o cáscara de huevo, el cual podría ser reutilizado como compost (abono orgánico), tal como se efectúa en otras partes del mundo.
El camino está lleno de obstáculos para quienes quieran iniciar una empresa en la región, ya que la poca cantidad de basura que se genera en comparación a ciudades más grandes, junto con la falta de cultura sobre reciclaje de la población, ha hecho quebrar a varias empresas interesadas en la recuperación y reutilización de residuos. Además, los gastos que se incurren pasan desde el permiso ambiental y el costo del flete para enviar lo recopilado principalmente a Santiago, hasta el pago de tributos aduaneros por sacar los desechos de la región, ya que, según explica Cariceo “todos los residuos se generan de un producto que supuestamente ingresó por Zona Franca, entonces hay que desafectar los residuos”, para lo cual las empresas deben hacer un pago adicional. Esto provoca que no haya una competencia leal con respecto a las empresas de reciclaje en el centro del país, explica.
Subsidio
El seremi (s) detalla que se discute si acaso el municipio debería subsidiar a estas empresas, ya que recuperan residuos que dejan de ingresar al vertedero, el cual mantiene la administración local: “Si el 20% de los plásticos que se generan son reciclados y no van al vertedero, significa que un cuarto de tu vertedero va a tener mayor vida útil”. Cifra significativa si se considera la cantidad de plástico que desecha una familia a la semana.
Actualmente la seremi de Medio Ambiente está postulando a fondos del Gobierno Regional para efectuar nuevos protocolos de compostaje, ya que las condiciones de la región no permiten que se efectúe el mismo procedimiento que en el resto del país. “Si somos capaces de poder hacer compostaje con los residuos orgánicos, y poder reciclar latas, cartones, papeles, vidrio, casi no llegarían residuos al vertedero”, asegura, situación que existe actualmente en Europa, donde la tendencia es, en oposición a Chile, a la eliminación de los vertederos.
La otrora Conama cuenta con programas de certificación ambiental y de forjadores ambientales, los cuales están especialmente dirigidos a las escuelas de la región, donde la educación ambiental es mejor captada. Sin embargo, cuenta, la falta de empresas que realicen la recolección diferenciada ha implicado la desmotivación de estudiantes que han visto cómo los camiones recolectores reúnen nuevamente la basura separada por los estudiantes.
Para Cariceo, la implementación de medidas por parte de la Municipalidad, la cual tiene mayor impacto en la comunidad y cuenta con poderes especiales como ordenanzas municipales, es vital para comenzar a proponer un programa de reciclaje serio y responsable. Esto, junto con un buen programa de educación ambiental dirigido a la comunidad, podría hacer de Punta Arenas una ciudad más amigable con el medio ambiente y aminorar el impacto ecológico de nuestro entorno.