Ayer en la tarde, el equipo japonés EastWind y los estadounidenses de Gearjunkie Yogaslackers cerraron el podio que Adidas había inaugurado un día antes.
Fueron los últimos y los más golpeados por esta experiencia. Uno de los japoneses, al llegar, sangraba de la nariz, prueba de lo extrema que había sido la competención. La emotividad se podía sentir en el aire cuando el capitán del equipo, Masato Tanaka, rompió en llanto durante la celebración.
Entre todos los que recibieron a los equipos estaban los británicos y repitieron una postal que ya se había dado el año pasado.
Cuando Masato Tanaka, Yoki Tanaka, Akemi Taguchi y Michimo Yamakita, integrantes de EastWind, por fin tenían un descanso, aparecieron los norteamericanos.
Tal como lo hiciesen los asiáticos, se rociaron en champagne, empapando a quienes luchaban por obtener una fotografía. Muchos para poder probar que estuvieron en el cierre de la carrera más salvaje que existe.
Para llegar a la meta hay que darlo todo
Ya lo decían antes de embarcarse a la aventura: el trabajo de equipo será lo más difícil de la carrera.
EastWind, a través de Michimo Yamakita, el único integrante que habla inglés, destacó la fuerza del grupo, que a pesar de tener a su capitán malherido durante cuatro días, continuó con la ayuda de sus compañeros y lograron el objetivo de terminar la carrera. “Esa fue la parte más difícil de la carrera”, asegura.
“Hay emociones encontradas, por un lado, los miembros del equipo que son más experimentados querían el primer lugar, pero para nosotros que estamos por primera vez, estamos muy felices”, explicó en referencia a la mujer del equipo Akemi Taguchi.
Por su parte, los norteamericanos expresaron su “alivio” de haber llegado.
Aseguran que en un par de ocasiones tuvieron que “apartarse cada uno para un lado y reflexionar”.
Consultado sobre cuál era la fórmula para llegar a la meta en esta exigente competencia, Jason Magness, explicó: “Lo hemos hecho cuatro años seguidos y creo que es importante no subestimar la Patagonia. Esta es la última carrera salvaje. Es el último lugar que podemos explorar, tienes que venir con la cabeza pensando un paso a la vez. No hay que guardarse nada. Tú y todo el equipo tienen que poner todo de sí para todo lo que suceda en el camino. No mirarlos hacia atrás, tampoco demasiado adelante y sólo seguir adelante. Porque eso es lo que hace el ambiente, te tira todo lo que tiene y hay que responder de la misma forma y no detenerse”.