Las causas por el momento se desconocen, siendo la principal fuente la de pescadores de la zona, quienes aseguran que 46 ejemplares vararon en el lugar, pudiendo rescatar a 26 del área que se encontraba con marea baja, y con un fondo pantanoso que habría dificultado su vuelta al mar. Un hecho inusual, ya que, como explica el experto en cetáceos de la Universidad de Magallanes, Jorge Gibbons, no es común que esta especie de agua más cálidas y tropicales frecuenten esta latitud, y mucho menos que se registre un varamiento masivo.
Ayer a tempranas horas del día, personal de Sernapesca se trasladó a la zona, donde se pudo constatar, al menos superficialmente, que ninguno de estos 20 ejemplares, así como tampoco el agua, registraba indicios de alguna causa externa para el fallecimiento. Por el momento, fue por muerte natural, debido a la deshidratación o por el mismo peso de la especie fuera del agua, lo que produce su muerte ante el aplastamiento de sus pulmones. Personal de la UMAG, el INACh y el Cequa, también se acercaron al lugar a extraer muestras que puedan arrojar conclusiones más certeras respecto a este fallecimiento masivo.
Por el momento, los cuerpos esparcidos en la costa no serán retirados, ante la dificultad de llegar al lugar, y el estar retirado de lugares poblados, detalló el director (s) de Sernapesca, Jorge Sierpe, por lo que se esperaría a que “la naturaleza siga su curso”, expresó, y que continúe su el proceso normal de descomposición.
Habitualmente estos cetáceos de gran tamaño, la mayoría medía entre 5 a 6 metros de longitud, cuando se descomponen en la costa pueden ser foco de contaminación y enfermedades, por lo que no se recomienda acercarse.
Por su parte, Gibbons explica que una de las características de estas falsas orcas es el ser un animal sociable, lo que explicaría por qué este varamiento fue masivo, al ser determinante en este especie una fuerte cohesión social. Los varamientos de cetáceos en esta zona -explica- han sido registrados durante cientos de años, principalmente gracias a relatos locales y el encuentro de restos óseos, además, de esta especie en particular, existiría un hecho similar, en 1989, en el cual se habría registrado la presencia de 181 ejemplares. Sin embargo, sigue siendo un hecho excepcional, ya que no habitan la zona: “Uno no espera que se encuentra a la latitud del Estrecho de Magallanes, uno espera que esté bastante más al norte, en aguas más tibias. Normalmente cuando uno sale a terreno no se encuentra navegando estas pseudo orcas”, detalla.
Respecto a cómo se habrían desorientado estas falsas orcas, señala: “El varamiento coincide con el episodio de las mareas más altas y esa es una condición que contribuye a los varamientos, porque son costas extremadamente planas”. Gibbons agrega que como esta especie normalmente se distribuye en aguas relativamente profundas y a mar abierto, se habría desorientado en la costa, lugar que como en este caso, se encontraban a muy poca profundidad -a menos de 1 metro-, no habría sido posible que funcione su eco-localizador.
Ayuda de pescadores
El biólogo, quien subrayó el hecho de que se pueda volver a producir el suceso en la zona, ya que persiste el fenómeno de las mareas altas, y puede haber más especies en el área, también recalcó la ayuda brindada a estos animales por pescadores locales: “Lo que más me llama la atención y considero lo más destacable de todo, es que en esta ocasión los pescadores por iniciativa propia, ocuparon 6 a 7 horas haciendo salvamento de los cetáceos, sino habría sido una catástrofe mucho mayor”, puntualizó el especialista.
Lamentablemente pese a que hay múltiples teorías, se desconocen las causas de los varamientos, por lo que no se puede predecir cuándo podría ocurrir el siguiente.
