El hecho ocurrió cuando ambos se dirigían desde Río Gallegos a Río Grande, siendo fiscalizados por Aduanas de Chile en el paso fronterizo Monte Aymond. Los uniformados argentinos, quienes transitaban de civil pero en un vehículo de la Armada, no declararon el armamento, por lo que le fueron incautadas las dos pistolas y el procedimiento entregado a personal de Carabineros de la Tenencia de Monte Aymond.
El mayor Christian Gutiérrez, comisario de la Primera Comisaría de Punta Arenas, informó que “a las 13 horas, aproximadamente, fuimos contactados por personal de la Tenencia de Monte Aymond por funcionarios de Aduanas, que nos informaron que al momento de realizar la fiscalización se encontró en un vehículo de la Prefectura Naval Argentina armamento menor, el cual era transportado por oficiales en servicio activo.
Cerca de las 19 horas llegó hasta el paso fronterizo el fiscal Eugenio Campos, acompañado del cónsul argentino Horacio Martínez, quienes se reunieron con el comandante de la Prefectura Naval de Río Gallegos para realizar la entrega de las armas de fuego de propiedad de la Armada argentina.
Incautación anterior
Cabe recordar que el 6 de febrero pasado, otro ciudadano argentino de la Armada de ese país fue detenido por transportar una pistola bajo el asiento de su vehículo.
Reinaldo Gabriel Ortiz, de 64 años, fue aprehendido en esa ocasión cuando se dirigía a Ushuaia, por lo que al momento de pasar por la frontera se le incautó la pistola luego de ser fiscalizado por personal policial y del SAG. Ortiz fue detenido por infracción a la Ley de Armas.
El imputado fue trasladado desde Monte Aymond a Punta Arenas en una patrulla de Carabineros, donde se realizó su control de detención y formalización de cargos.
En la audiencia, la fiscal Alejandra Guevara lo formalizó por ingreso de armamento al país, donde señaló que en el interior del móvil se le encontró una pistola calibre 22 con sus respectivas municiones. Tras los alegatos, el ciudadano argentino quedó en libertad, luego que se suspendiera la causa por un año, con un pago previo de 40 mil pesos chilenos, aproximadamente, en beneficio del Hogar de Cristo. Además, se le incautó el arma para su destrucción.
A la salida del tribunal, Reinaldo Ortiz, señaló que fue un descuido. “Yo trabajo en la Armada argentina y el arma la había llevado a reparar, por lo que la traía de vuelta de Trelew. En ningún momento oculté el arma, sólo la llevaba bajo el asiento”.