
Durante el almuerzo, indicó, mantuvieron una conversación en la cual ella representó a su país y le recordó al pontífice la mediación papal en medio del conflicto por el canal de Beagle en la década del 70.
Por lo anterior, la presidenta de Argentina solicitó al papa Francisco mediar en el conflicto por la soberanía de las Islas Malvinas que mantienen con Gran Bretaña, para así lograr el diálogo con su contraparte europea y evitar una intervención armada por parte de cualquiera de las naciones.
“Lo hice con una doble convicción”, indicó la mandataria. En principio, señaló, lo hizo porque a los argentinos les tocó vivir momentos más duros en 1978 cuando tanto Argentina como Chile eran gobernados por dictaduras militares (los generales Videla y Pinochet a la cabeza de cada país, respectivamente) y se enfrentaron por el canal de Beagle, lo que casi llevó a ambos países a un conflicto armado. “En aquel momento la intermediación de Juan Pablo II y la de su representante, Zamoré, ayudaron a que se alcanzara un acuerdo”, explicó la presidenta Fernández.
La oportunidad es históricamente diferente, indicó la Jefa de Estado, ya que ambos países son democráticos y no hay peligro de ninguna naturaleza bélica, más allá de la militarización que Reino Unido ha implementado en el Atlántico Sur.“Argentina es un país absolutamente pacífico”, aseguró.
Por tanto, finalizó, lo único que esperan es que se cumplan las resoluciones de las Naciones Unidas que invitan a ambos países al diálogo para llegar a un acuerdo al respecto. “Esto es todo lo que le pedimos al Santo Padre: su intermediación para lograr un diálogo entre las partes”, concluyó Fernández.