Pioneros, navegantes, soñadores…

General
30/03/2013 a las 10:32
Uno de los más destacados fue el marino, astrónomo y meteorólogo inglés, Robert Fitz Roy, en comisión del año 1829, aportó con la primera toponimia de la región. Entre los años 1823 y 1830, los navegantes ingleses realizaron numerosas exploraciones hidrográficas. La información obtenida permitió construir una imagen cartográfica de la región y particularmente de la geografía marítima de la actual zona en que se ubica Isla Riesco.
El más destacado de todos fue el marino, astrónomo y meteorólogo inglés, Robert Fitz Roy, en comisión del año 1829, aportó con la primera toponimia del lugar (canal Fitz Roy que separa al continente de la Isla Riesco).
Por entonces, la actual Isla Riesco recibía la denominación de Tierra del Rey Guillermo IV, península que se creía anexada al continente.
Medio siglo después la Armada retomó los estudios en la zona y el año 1904 se descubrió el largo y angosto canal que separa a la Isla Riesco de la península Muñoz Gomero, la vía recibió el nombre de canal Gajardo en reconocimiento al comandante que guiaba la nave. Mientras que en honor al Presidente de la época, Germán Riesco, la isla descubierta llevó su apellido.
Sin embargo, Juan Ladrilleros, que fue el primero que exploró la boca oriental de Estrecho de Magallanes. En uno de sus viajes -1558-, enfrentó el cabo San Jerónimo, en la punta sudoriental de la actual Isla Riesco. Equivocó el camino y siguió hasta el mar de Otway. Pasó por el canal Fitz Roy hasta llegar al mar de Skyring. Navegó muy adentro y no encontró salida al océano Pacífico. En el regreso tuvo que utilizar la misma ruta. El itinerario está rigurosamente expresado en su diario de viaje.
Más tarde, un puñado de soñadores abrió las entrañas de la tierra y dio vida al boom carbonífero en Isla Riesco. No fue fácil. La lista de intentos fallidos supera con creces los aciertos. Sólo el puje y tesón de pioneros de carácter inquieto y visionario permitió iniciar las primeras exploraciones carboníferas en Isla Riesco.
El adelantado inmigrante francés, Jorge Meric descubrió los yacimientos de mina Magdalena, en la costa norte. Y el año 1897, comenzó su explotación, en sociedad con los empresarios locales Mauricio Braun y Juan Blanchard. Fue una campaña breve, seguida por otros emprendimientos precarios y de baja producción.
En 1918, el ingeniero noruego Ove Gude, descubrió mantos de mejor calidad. El hallazgo facilitó un despegue minero que alcanzó, en parte, a cubrir las necesidades energéticas de Punta Arenas, con exportaciones regulares a la Patagonia Argentina. En la década del 40, Mina Elena y Josefina llevaron el peso del éxito carbonífero en la región.

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