
Tres años atrás, en la prueba de fuego había más de 400 personas en el Hospital Naval de Talcahuano. Todos gritaban. Esperaban. Pedían al Rey. Los párpados pesaban más que acero, varias noches de insomnio tratando de imaginar cómo sería su primera actuación tenían en vilo a Rodrigo Osorio: “No quería errores, tenía mucho nervio… fue un éxito. Desde entonces nunca, gracias a Dios me han pifiado”, dice orgulloso.
Varias presentaciones marcan su carrera. Cuando sube al escenario cuenta que las más entusiastas son las mujeres de la tercera edad. Gritan como si vieran al mismísimo Elvis Presley. “Los piropos llueven y las canciones las trasladan a su juventud, a la época de las calcetineras, muchas recuerdan los pasos del rock and roll, porque Elvis hacía bailar, ponía el ritmo y todos lo seguían. Eso hago yo. Lo sorprendente es que también los jóvenes disfrutan… El Rey sigue vigente”, sentencia Osorio, cada vez más mimetizado.
Saca lentes, anillos… cada uno tiene su historia y él las sabe todas.
Nadie en el mundo tiene más imitadores que Elvis Presley. En Chile hay cientos, pero no son más de diez los “tributadores”. Hay una distinción y la da la ropa, el canto y el espíritu de reencarnar a Elvis. Pocos están dispuestos a desembolsar más de mil dólares por cada traje hecho a la medida, Osorio lo hace. “El Rey llegó a tener más de 150 trajes diferentes. Es un gusto que vale la pena, porque hay que ser profesional y los detalles son lo más importante, ahí está la gran diferencia”, explica.
Asegura que “hay un tributador en Valparaíso que debe tener la edad que tendría hoy Elvis. Yo soy el más austral en estos momentos”, confiesa. Entre todos se comunican a través de Facebook, comparten datos… son un verdadero ejército, al punto que en todo el mundo siempre hay alguien que está cantando sus canciones y “manteniendo vivo el legado”, asegura.
El glorioso clóset de réplicas de Rodrigo ofrece decenas de pantalones, camisas de infinitos colores, casacas, anillos, collares, cinturones e idénticos pañuelos que el cantante usaba para enjuagar el sudor.
Todavía no debuta en la región. Está ansioso. Hace eventos, matrimonios, siempre fuera del horario de su trabajo de enfermero… pero lo que más le emociona es hacer actos de beneficencia: “Elvis era muy solidario, los que seguimos su legado estamos dispuestos a ayudar si alguien lo requiere, así que para cualquier obra no duden en llamarme”, dice. Lo ubican en su correo: [email protected] o bien en el fono: 91786083.
- ¿Y usted realmente se siente el Rey?
“Totalmente”, responde seco y seguro.