La esencia de dicho proyecto radica en que medicamentos que se expenden sin receta médica, como paracetamol, aspirinas y gotas para los ojos, sean vendidos en góndolas. El Ministerio de Economía presentó en 2010 un proyecto destinado a permitir la venta de medicamentos de venta directa en establecimientos distintos de la farmacia y sin la intervención de terceros, el cual pese a su rechazo y posterior retiro desde el parlamento el pasado 15 de agosto, sigue siendo una de las prioridades de la cartera por lo cual se han introducido ciertas modificaciones, como por ejemplo, flexibilizar los requisitos del práctico de farmacia y evaluar la creación de algún tipo de incentivos para la creación de nuevos almacenes. Dentro de lo sugerido por el Colegio Químico Farmacéutico esto podría lograrse mediante asignaciones de zona (al igual que los médicos) o restricciones en el número de almacenes por habitante por determinados períodos de tiempo. También, con el objeto de lograr una compra más informada se apunta a la obligación de mantener y ofrecer medicamentos genéricos, obligación de prescribir por INN y reforzar la obligación de informar el precio.
La esencia de dicho proyecto radica en que medicamentos que se expenden sin receta médica, como paracetamol, aspirinas y gotas para los ojos, sean vendidos en góndolas, para que el tres por ciento de la población que no puede acceder a ellos lo haga.
En este sentido, el Secretario Regional Ministerial de Economía, Fomento y Turismo, Marco Antonio Mella, destacó la iniciativa profiriendo que “es sumamente importante este tipo de iniciativas, ya que para comunas que se encuentran en regiones donde las distancias entre una localidad y otra son enormes como en Magallanes, generar venta de medicamento en góndolas o almacenes contribuiría significativamente a que tengan al alcance comprar remedios que a veces se requieren con urgencia”.
Permitir el acceso directo del consumidor a los productos farmacéuticos con condición de venta directa, sin que intervengan dependientes que pueden distorsionar su decisión.
Facilitar el acceso a estos medicamentos de venta directa a través de una mayor cantidad de puntos de ventas, disminuyendo costos de traslado y tiempo, especialmente a nuestra población de adultos mayores y lugares apartados.
Aumentar la competencia y permitir reducir eventualmente los precios de los medicamentos de venta directa, al autorizar el expendio en más establecimientos comerciales que cumplan con las características que la ley dispone.