Anteriormente, en diciembre, Rubén Vargas, fue formalizado por defraudar en 90 millones de pesos a la institución. En ese momento fue enviado a la cárcel a cumplir prisión preventiva, pero una apelación posterior le permitió abandonar el penal y quedar con arresto domiciliario total, medida que le impide en estos momentos salir de su casa. Los delitos que se le imputan son en carácter de reiterados. La nueva formalización es por una cantidad importante de documentos del Banco Santander, 36 en total, además de otros cheques que caen en la figura del abuso de firma en blanco. Además, Vargas escuchó al fiscal Aguirre referirse a un nuevo capítulo de este millonario fraude, como son los fondos que provenían de la administración de la piscina temperada, donde cobró otros 10 cheques a su favor.
Lo más grave para el abogado querellante, Dagoberto Arias (en la fotografía junto al fiscal), es la obstrucción permanente del Banco Santander a la investigación. Acusó a la entidad de “entorpecer la labor de la fiscalía y de esta parte querellante, y por eso el agente del banco fue apremiado con arresto, lo que explica en la tardanza en resultados de esta investigación que esperamos concluya a la brevedad”.
