“Los culpables deben pagar penas altísimas para que no vuelva a ocurrir este tipo de hechos”
Más de cien personas concurrieron hasta el velatorio, acompañando los restos hasta el Cementerio Parque Cruz de Froward. “Tengo que armarme de mucha fuerza para poder despedir a mi hijo. Agradezco las muestras de cariño para él y este caso ha conmovido a la comuna. Hemos perdido parte de nuestro corazón, pero debemos tener la fuerza para seguir luchando para que nuestro querido Max tenga la justicia que se merece. Que los delincuentes cumplan con una pena altísima”. Con estas palabras, René Bahamonde, padre del joven asesinado la madrugada del domingo en las afueras de la Universidad de Magallanes, se dirigió a las personas que lo acompañaron hasta el Cementerio Parque Cruz de Froward.
La despedida de Max Neftalí Bahamonde Agüero, de 20 años, se inició en su domicilio en la Población Claudio Bustos, la cual cerca de las 14 horas comenzó con una caravana de vehículos hacia el Cementerio Parque Cruz de Froward. Escenas de profundo dolor entre familiares, amigos y conocidos que acompañaron al joven hasta el camposanto. En el lugar, el párroco Jorge Teneb entregó palabras a los asistentes para no dejar solos a la familia del joven, “porque en estos momentos es cuando más necesitan de compañía”.
En esos mismos términos, el padre de Max, indicó que necesitaban el apoyo de sus cercanos. “En estos momentos el corazón está con mucho dolor. Mi hijo era un niño ejemplar, lamentablemente en su caminar para divertirse esa noche tropezó con estos delincuentes. Siempre estará con nosotros y le pedimos a todos que realicen oraciones para que nosotros tengamos fortaleza para seguir la vida”.
Al finalizar la ceremonia, se vivieron momentos emotivos cuando amigos de la víctima lo despedían, señalándole que era su mejor amigo y que lo extrañarán.
En la cárcel
La tarde del lunes fueron enviados a la cárcel a cumplir prisión preventiva los tres sujetos detenidos por el homicidio. Los imputados Jonathan Danilo Ojeda Román,de 21 años; Kevin Boitano Trujillo, de 18 y Víctor Llanquín Arteaga, de también 18, deberán esperar a lo menos tres meses (plazo para el cierre de la investigación) para saber qué les espera por las responsabilidades que puedan tener en el homicidio.
La familia espera que los culpables paguen las penas más altas por este delito y así evitar que vuelvan a ocurrir este tipo de hechos en Magallanes.