Germán Popovic, de profesión profesor, ligado hace 20 años a la formación y el trabajo con series menores, en la actualidad tiene a su cargo la Escuela de Fútbol Atenas que él mismo formó hace poco más de seis años. Ha tenido una vasta trayectoria como formador de jugadores en Punta Arenas y hoy comenta en base a su experiencia el momento que vive Magallanes en esta materia.
-¿Cuándo comenzó a trabajar con la Escuela de Fútbol Atenas?
“Yo comencé el 16 de marzo de 2007. Primero estaba un poco indeciso, pero aposté, hice la escuela y terminó siendo algo bastante positivo, llevamos casi siete años, con buenos resultados y hemos tenido un reconocimiento a nivel nacional. Ha sido un trabajo formativo integral que no solamente involucra la parte deportiva, porque nos hemos abocado a algo que los clubes no dan mucha importancia: el fútbol sala, esa es nuestra especialidad”.
-¿Existen las condiciones necesarias para trabajar con series menores?
“Punta Arenas en estos últimos cinco años ha mejorado una enormidad en el tema de la infraestructura. Tenemos una gran cantidad de gimnasios, la práctica del fútbol sala a nivel menor es bastante buena, en el tema del fútbol 11 también tenemos muy buenos escenarios, así que en esa parte creo que no le tenemos nada que envidiar al norte”.
¿Cómo ve usted la formación de jugadores en Punta Arenas? ¿Existe un déficit en ese sentido?
“Creo que sí. Me gustaría que hubiesen mas profesores de educación física trabajando en este tema. Hay gente que por el sólo hecho de haber jugado lo meten a dirigir series infantiles y se pone un tema muy autodidacta. Ellos entregan lo que se les enseñó en alguna oportunidad como adultos, entonces hay un déficit ahí. Lo otro, hay una tremenda competencia en cuanto a ilusionar a los niños en el fútbol profesional. Encuentro una canallada ese tema. Yo a los niños que tengo en la escuela siempre les digo que el tema del fútbol profesional es muy delicado, porque hay muchos costos que tienen que correr por cuenta de los padres, además hay que ser muy buen jugador, técnica, física y tácticamente, entonces es complicado, hay gente que abusa de eso, ilusiona a los jugadores y, lamentablemente, si tú analizas hoy en día tenemos un “Chiqui” Oyarzo en la Universidad Católica y Seleccionado Sub-17, pero el resto, quizás lo poco bueno que ha salido de Punta Arenas, ha regresado, no se ha podido mantener en el fútbol profesional. Por eso hay que frenar un poco el tema de ilusionar a los niños con el fútbol, ojalá que se pueda mejorar en ese aspecto”.
-¿Para usted cuál es la real posibilidad de que un jugador de acá llegue al profesionalismo?
“He conversado con varias personas que trabajan en el fútbol profesional, gente de Huachipato, entre otros clubes. En realidad el jugador magallánico es muy distinto, de partida la formación integral que tiene es muy buena, es muy bien visto el jugador magallánico en el tema de los valores. Son niños educados, respetuosos, responsables, de buen vocablo, pero está el otro tema, que ellos son muy apegados a la familia y les cuesta harto despegarse e ir al norte, quedarse solos en una habitación con un ambiente bastante frívolo y frío en cuanto a la competencia que implica estar en cadetes, donde es difícil hacer amistades. Lo he conversado con varios jugadores en el norte y esa parte nos cuesta un poco, somos muy familiares, muy apegados, diferente al niño del norte que de repente es más canchero, les gusta viajar y si existe la posibilidad de quedarse a jugar solo sin familia, lo hace”.
-¿Se podría decir que no pasa por un tema futbolístico o de condiciones?
“Creo que no, el futbolista magallánico técnicamente es muy bueno y físicamente igual, he tenido la oportunidad de ir a Juegos Escolares, Juegos de La Araucanía y me he dado cuenta que el nivel técnico del magallánico es muy bueno. En lo particular se debe a que practicamos mucho fútbol sala, de 12 meses estamos 6 ó 7 dentro del gimnasio, entonces creo que por esa parte le hace bien técnicamente al futbolista, no tácticamente; y en la parte física el jugador de acá está bien preparado, tiene muy buena resistencia y fuerza, lo que se debe al tipo de alimentación que tenemos. Quizás la debilidad que tenga es mental, alejarse de su tierra, de su familia, hacer nuevas amistades, quizás esa parte sea una deficiencia”.
Motivación
-¿Qué es lo que lo motiva a trabajar con series menores?
“Ofrecerles cosas que quizás yo como niño no tuve y que a lo mejor sus papás no les pueden brindar. Poniéndote un ejemplo, cuando uno viaja en avión hay muchos niños que nunca lo habían hecho, conocer Santiago, el Estadio Monumental de Colo Colo, esas cosas te gratifican y cuando estás en el camino de entregarle lo mejor a los niños, te aumentan las ganas de seguir trabajando en este proyecto. Tengo un muy buen cuerpo técnico además de un grupo de apoderados que te cooperan en todo y eso también te motiva”.
-¿Cuáles son los conceptos que deben tener los padres y niños aficionados a este deporte?
“Creo que lo más importante es desde pequeños estimularles la práctica deportiva sana, en buena convivencia, hacerles entender que ganar no es solamente lo más importante y que si practican fútbol sala, fútbol 11 o cualquier otra disciplina deportiva desde pequeños y la mantienen hasta los 18 años, seguramente van a ser adultos que van a tener impresa en su vida cotidiana la práctica deportiva y eso les va a favorecer en su calidad de vida, en su salud y, obviamente, van a ser buenas personas, porque el deporte te abre lazos, amistades muy buenas relaciones y eso en la vida es muy importante”.