Esta divisa nace en 1828 con la instauración de la Casa de Moneda de dicha ciudad. Según el encargado del Museo de Monedas y Billetes del Banco Central, José Luis Ayala, es el sueño de todo coleccionista. A lo largo de la historia de Chile se ha acuñado millones de monedas en el país, sin embargo, el “peso de Coquimbo” es una de las más desconocidas y alcanza un valor de 25 millones de pesos.
Esta divisa nace en 1828 con la instauración de la Casa de Moneda de dicha ciudad. La moneda prácticamente no alcanzó a circular en el país, porque fue considerada de “baja ley”, es decir, no cumplía con los requerimientos de gramaje, trazado y tratamiento del metal, por lo que fue refundida en Santiago poco tiempo después.
Según el encargado del Museo de Monedas y Billetes del Banco Central, José Luis Ayala, “la moneda de Coquimbo es una de las más valiosas del recinto, porque es casi desconocida. Tiene un valor de 25 millones de pesos aproximadamente”.
“Es el sueño de todo coleccionista, la mayoría viene al Museo sólo para ver esta moneda”, agrega.
Otra moneda única, y que también se origina en el norte de Chile, es el “peso constituyente” o “peso de Copiapó”, creada en 1859, durante el gobierno de Manuel Montt.
En este periodo, la ciudad quería ser un estado independiente, pues estaba muy alejada de Santiago –considerando que las distancias eran muy diferentes a las actuales- por lo que da pie a una revolución.
Como un intento de frenar la economía regional, el gobierno interrumpe el ingreso de pesos oficiales a la región, por lo que los copiapinos, liderados por Pedro León Gallo crearon -sin autorización- la Casa de Moneda de Copiapó, con el fin de tener su propio circulante.
Cabe destacar, que la idea de un sistema monetario paralelo al oficial es un hecho histórico, nunca había ocurrido –ni ocurrió- en la historia del país. Las más de 400 mil monedas que se acuñaron, desaparecieron una vez que los revolucionarios cayeron ante las fuerzas del gobierno de Montt, quien decretó inmediatamente penalizar su uso, bajo la acusación de falsificación y desobediencia.
Una anécdota particular se da con los “cuatro escudos” de 1840, donde, supuestamente, debían figurar el huemul y el cóndor como emblema.
“En este tiempo se mandaban a acuñar las monedas a Inglaterra, principalmente, y cuando llegaron los bosquejos de este ejemplar, los artistas no supieron cómo hacer el huemul, y armaron la moneda con el animal más parecido que ellos conocían: el caballo”, cuenta María Carolina Besa, jefa del departamento de extensión y RR.PP. del Museo de Banco Central.
Hoy en día, este error también se puede apreciar en ciudades como Valparaíso, con el “Monumento a los Héroes de Iquique”; o en la plaza Independencia de Concepción, donde hay un escudo chileno con un cóndor y un caballo.
Una moneda más contemporánea y poco conocida es la de dos mil pesos, creada en 1993. Ésta nace con el fin de conmemorar los 250 años del nacimiento de la Casa de Moneda en Santiago, por lo que hubo una edición limitada.
“Hasta hace un par de años atrás, en las cajas del Banco Central se podía cambiar la moneda por un billete del mismo valor, por lo que aún debe haber gente que tiene este ejemplar. Es conveniente que la guarden, porque probablemente su valor aumentará a través de los años”, recomienda Besa.