Pero no es fácil. Cada vez que un caribeño cruza su frontera, carga una pesada maleta de desconfianza y prejuicios, donde poco o nada se dice de su folclor, costumbres y sueños… Ahora, si el inmigrante es de color oscuro, la aventura puede complicarse.
Por eso, Johanna Castillo, de entrada rompe el mito: “Hay más chilenos en el extranjero que inmigrantes en nuestro país”. Y lo dice fuerte.
Asegura que existe un manto de fragilidad invisible. “Ser inmigrante es ser vulnerable. El grueso de la población que llega busca mejores oportunidades económicas y la mayoría se está quedando, es decir, dejaron de ser inmigrantes temporeros. Es un fenómeno social que nuestra sociedad tiene la obligación de atender”.
Precisa que “muchos quieren y esperan que los inmigrantes se comporten como chilenos, pero son distintos y hay que entender la diversidad como una oportunidad de riqueza también. Son un aporte al desarrollo y al progreso de la región. Hoy comienza a construirse una nueva historia con magallánicos afrodescendientes”, afirma.
¿Y estamos preparados, los servicios públicos, por ejemplo?
“No hay una conciencia pública por parte de la estructura del poder local para atender a un inmigrante, con su cultura y forma de vida. Hay buenas intenciones pero falta un manejo específico, no alcanza el sentido común. Los servicios públicos son los llamados a crear instancias de capacitación para sus propios recursos humanos”.
¿Y qué están haciendo ustedes como agrupación?
“Llevamos pocos meses, pero ya contamos con un programa de radio que busca reencontrar e integrar a distintas culturas de residentes en la Patagonia. Hay una riqueza en el otro que sin lugar a dudas ayuda al progreso y al desarrollo de la región. Hay que pensar que quien llega tiene mucho que aportar. El programa le pusimos: ¿Qué tienes tú, que no tenga yo? Se transmite todos los domingo de 17 a 19 horas en Nuevo Mundo Patagonia, en el dial 104.7 FM”.
…Bueno, ¿esta es una zona de migrantes, cosmopolita…?
“A diferencia de otros tiempos de la historia local, hoy existe una tendencia a la feminización de la migración, llegan más mujeres. Por eso se requieren medidas que grafiquen la tendencia de género. Por eso, hay que entender la migración como un tema de derechos humanos”, concluye.