Este afligido y modesto trabajador volvió ayer al Centro de Justicia, esta vez acompañado de su familia y el abogado Juan José Arcos, a presentar una querella criminal “en contra de todos los que resulten responsables de la muerte de Max Bahamonde Agüero”.
Si el tribunal acoge a trámite la querella, la misma será derivada a la fiscalía para que investigue los hechos narrados en el escrito.
De acuerdo a esto, el querellante recuerda que el 14 de abril, alrededor de las 23.00 horas, su hijo Max salió de la casa rumbo al campus norte de la UMAG. En Avenida Bulnes con Comodoro Arturo Merino Benítez, un grupo de alrededor de siete personas intentó ingresar por una vía no destinada al efecto a la fiesta universitaria, saltando los cercos de protección, situación que fue detectada por los guardias del recinto quienes procedieron a expulsar a estos individuos.
Más tarde, alrededor de la una de la mañana, “y en circunstancias que mi hijo se dirigía a la fiesta, junto a dos personas, una de nombre Antonio y otro de nombre Francisco, fue interceptado por el grupo de malhechores quienes procedieron a pedirle dinero y cigarros”. Añade que “ante la negativa de proporcionar estos elementos, los agresores comenzaron a apuñalar salvajemente a Antonio y a mi hijo”. Al primero lo agredieron en la axila, ante lo cual huyó, alejándose del lugar, quedando sólo mi hijo a merced de los malhechores quienes aprovecharon de sustraerle su teléfono celular, unos audífonos que utilizaba para escuchar música, un gorro marca Nike, y la suma de $20.000 que llevaba para entrar a la fiesta y trasladarse a nuestro hogar al término de la misma”.
La víctima fue golpeada y apuñalada en el abdomen y en una de sus piernas, produciéndole heridas que en definitiva le provocaron la muerte.
Por estos hechos fueron detenidos Kevin Boitano, Víctor Llanquín Arteaga y Jonathan Ojeda Román, los cuales están cumpliendo prisión preventiva.
Pronto el padre espera instalar una pequeña gruta en el lugar donde fue ultimado el hijo, para mantener un recordatorio permanente.
“No tengo palabras para explicar este caso y trato, día a día, de hacerme el fuerte. Vivir con su ausencia es muy difícil, sobre todo por todos los valores que él encarnaba”, señaló el padre de Max Bahamonde Agüero.