
El solemne Te Deum de Acción de Gracias se inició con el himno nacional, animado por la banda instrumental del Instituto Don Bosco.
En la oración, monseñor pidió a Dios atender los ruegos por la Patria, “para que la sabiduría de sus autoridades, la dedicación de los servidores públicos y la honestidad de sus ciudadanos robustezcan la concordia y la justicia y podamos vivir en la paz y el progreso constantes”.
Homilía
En la homilía, el obispo dijo que la fe le dio a Arturo Prat “un talante moral y un comportamiento ético admirable”.
Por ello relevó como fundamental, “la experiencia de Dios, de la que nos ha dado testimonio Don Arturo Prat, y que nos puede ayudar a profundizar una dimensión fundamental del alma nacional, nuestra fe católica”.
La fe cristiana, añadió, lo llevó a ser un hombre honrado en el trabajo del día a día. Puntilloso al extremo, particularmente con el uso de los fondos públicos.
En tal sentido, y “con mayor razón en nuestra patria”, el pastor planteó la necesidad de recuperar el perfil del servidor público. Punto en el cual el comandante Prat, “fue siempre un servidor público, leal a sus principios, a su patria, a su institución y a su familia”.
Recordó que somos un país y región “donde se entrelazan nuestras tradiciones con nuestra fe católica”, traídas desde el viejo continente, por quienes vinieron a extender y consolidar el reino católico de España.
“No queremos hacer proselitismo ni impedir que otros manifiesten con libertad y responsabilidad su fe; pero decimos y sostenemos una vez más que creemos sinceramente que Chile, sus instituciones, su tradición y sus Fuerzas Armadas, entre ellas nuestra Armada, sin la fe cristiana católica, perderían su identidad y privaría a las futuras generaciones de conocer nuestros orígenes y a Jesucristo y su evangelio”.