
En “El libro de laCerveza”, el famoso experto Michael Jackson (nada que ver con el cantante) ofrece toda la amplitud de sus conocimientos en un lenguaje ameno y juicioso. Lleno de opiniones, sin temor a emitir juicios y enfocado únicamente hacia los estilos clásicos que constituyen la base del vocabulario universal de su degustación y apreciación. Este libro se convierte en la guía básica del mundo de la cerveza.
En la buena mesa cada vez es más frecuente la supremacía de la cerveza en alimentos de rótulo gourmet.
La recomendación que da el gurú para los quesos son las cervezas trapenses que “acoplan de maravillas”. Hay que buscar sabores que recuerden a los oportos. Los quesos de abadía son de mediano poder y blandos. Para un roquefort o el de familias de los quesos azules, lo mejor es una trapense.
Para encurtidos y patés podemos buscar una bock o algunas cervezas estilo belga, de abadía. Para el pescado, el estilo pilsener o lager es el que mejor le acomoda, comparable al chardonnay, pero en el mundo de las cervezas. Para el cerdo, la ale artesanal se imanta de maravillas y el cordero requiere algunas cervezas de abadía de un poder alcohólico cercano a las dos cifras. Mientras la carne de vacuno se lleva bien con ales de color ámbar, las llamadas cervezas rojas.
En el caso de cervezas con fruta, de frambuesa o de guinda, se alinean a la perfección con postres frutales. Para finales con chocolate, aparece la stout. Las saborizadas también funcionan en este nicho…
Michael Jackson asegura que cuando estamos frente a un cebiche, el vino blanco no es el único consorte. Hay variedad de cervezas para distintos paladares… pero al final de la historia, lo mejor es probar y experimentar: “No hay otro consejo”, dice Jackson.