A los 18 años pasó de Punta Arenas a Santiago, y al poco tiempo a Londres, representando a Chile en Miss Mundo. Una carrera meteórica que mostró la fuerza y la juventud de Magallanes en el planeta… Desde entonces su nombre es sinónimo de belleza y perseverancia. Yasna Vukasovic está a punto de cumplir 45 años y parece que los años no pasan. Desde el año 1987, todavía luce una corona imaginaria de reina en su cabeza, a los ojos de Magallanes.
Pasó la infancia en Tierra del Fuego, entre Porvenir y Punta Arenas. Pero a los 18 años emigró por primera vez a Santiago, a los tres meses ya tenía la misión de representar a Chile en Miss Mundo. Ganó el concurso cuando la televisión llegaba diferida a la región. Entonces su amigo Nano Soto grababa los programas. Una época en que todavía no asomaba el celular y que dejó a su pololo fuera de carrera.
-Yasna, tengo que decirlo, tú, eres una de las responsables de que yo esté en Punta Arenas –dice el conductor Francisco Guerrero.
-Todo es mi culpa -bromea la reina de todos los tiempos-. Y explica que le presentó a su actual pareja.
El programa parece el diálogo de dos amigos que se reencuentran. Y el público se hace cómplice. Muchos ahí se enteran que hace años Yasna vive en Santiago, y que su academia de modelaje está pronta a cumplir 25 años de vida, los mismos años de su hija Francisca. Y que en julio viajará nuevamente a Porvenir a preparar nuevas reinas: “Ahí vuelco toda mi experiencia que es de vida. Acá estamos muy sobreprotegidos, Magallanes es una burbuja que afecta cuando sale”, señala.
Yasna ganó el concurso en el año 87, justamente en el tiempo en que toda la atención era para Cecilia Bolocco, quien llevaba dos meses como Miss Universo. “Todos querían saber cómo era la Miss Mundo Chile, si sería tan buena o si le haría el peso a la Bolocco. Incluso en Londres llamé mucho la atención porque justamente venía del país de la Miss Universo… En Londres tuvo dos meses y buenos pitutos en fotografía”, confiesa.
-Tuviste una infancia feliz –pregunta Guerreo-.
-Soy la niña símbolo de la resilencia, nada me quiebra. Mi infancia fue feliz, sana, vivía en el campo, en Porvenir, que es el monumento a la tranquilidad… Pero sí debo decir que nos fuimos de ahí porque mis padres se separaron… Y sí, fui feliz porque mis abuelos y mi madre me lo permitieron… Con mi hermana constantemente nos fuimos apoyando, apuntalando, mi mamá trabajaba todo el día.-
Vukazovic es de amigos antiguos. Estudió en la escuela Portugal, luego en el liceo de Niñas… “Hasta el día de hoy nos juntamos con mis compañeras y amigas”.
-¿Quién te impulsó al modelaje? –pregunta Guerrero.
-Diana Abu Gosh, ella es decisiva en mi carrera –dice tajante.
-Y cómo llegaste a ser Miss Chile para Miss Mundo. Te fusite a Santiago… Y qué pasó –inquiere el conductor de El Estelar.
-Ahí fue que una amiga me dijo que fuéramos a la peluquería de Patricio Araya, ya que él trabajaba con Canal 13 y era como el “descubridor”. Mi amiga muy patuda me presentó con él y le dijo: ¿no la conoces? No, para nada le respondió Patricio. ¡Ah! Claro añadió ella, no creo que la conozca, ya que ella es una modelo muy famosa en Buenos Aires, pero acá no es muy conocida –cuenta la ex Miss.
Fue así como le pidió el teléfono y a los pocos días la llamó para presentarla al Miss Mundo Chile. “Cuando llegué al primer casting había 600 niñas en el patio del canal, ahí me sentí un piojo al lado de tanta chicas regias”, recuerda emocionada.
Después cuenta que entregó la Corona con seis meses de embarazo, sólo sabía Beatriz Vicencio.
-Me decías que Nano Soto estuvo en contacto durante todo el proceso, que es como tu hermano.
-Claro, al otro día que se lo pedí estaba y cuando quedé embarazada de la Francisca fue a la primera persona que llamé –dice Yasna-.
-¿Es verdad Nano? -pregunta el conductor-. Y la voz emerge y la reina se emociona… Y las palabras fluyen en anécdotas y sueños de siempre. Entonces las llamadas aumentan y el raiting se va de nuevo a las nubes.
-¿Has vuelto a creer en el amor? –pregunta el conductor.
-Sí, fíjate, me he demorado tres años pero he vuelto a creer. Ha sido súper complicado, me cuesta hablar de eso… -cuenta-. Un fracaso la amendrentó… Hoy se siente realizada de sus cuatro hijos: “Cada uno tiene sus intereses, opinión… Yo decido respetarlos”, concluye.