
la local Bodegas Pomar, notificó recientemente al Episcopado que ya no podría seguir proveyéndole el vino necesario para la liturgia. La Iglesia Católica venezolana reconoció ayer que sus reservas de vino para celebrar la misa se están agotando debido a que su único proveedor local afronta problemas para su elaboración, en momentos en que el país afronta un nuevo episodio de escasez “aguda” de varios productos básicos. “Las reservas se están acabando”, afirmó este lunes el arzobispo de Coro y presidente de la comisión de medios de comunicación social de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Roberto Lucker. El religioso señaló que el problema comenzó cuando la local Bodegas Pomar, subsidiaria de Empresas Polar, notificó recientemente al Episcopado que ya no podría seguir proveyéndole el vino necesario para la liturgia ante las dificultades para conseguir algunos insumos para su producción.