
“Este trabajo surgió como un juego y quiere entregarse como juego. En diversos momentos, y a lo largo de varios años, invité a niños de primaria a dar el significado de algunas palabras, a que su propia mirada lo revelara”, explica el antropólogo.
Asimismo aclara que “las palabras surgieron sin ninguna deliberación particular, salvo —quizás— el que fueran suscitativas. ¿Cuántas y cuáles lo son en el vértigo del lenguaje? En muchos casos los niños eligieron. Eligió su gusto o su rechazo. También, en algunos casos, la palabra despojada de sentido —sonoridad pura y ritmo— quiso, propuso buscarse. Con seguridad un plan de trabajo más definido, menos “aleatorio”, habría proporcionado resultados más “evidentes”, menos esquivos a la sistematización. Pero a todos nos gustó el juego con las reglas que él mismo impuso. Y las palabras sistematización, planeación, resultados y otras parecidas no entraban en él”, indica.
Del material obtenido, sólo se hizo una selección en la que se corrigió la ortografía y en pocos casos, la puntuación. “Respetamos la voz de los niños, sus titubeos, dislocación, su secreta arquitectura. Sus hallazgos en el milagro de revelar en lo enunciado. Respetamos su voluntad de olvido o profunda memoria. Sinceridad en la intención. Voz que sucede ajena a lo que quiere imponer lo sabido: el mundo gastado, rotulado con el pobre ya conozco todo, señala Naranjo.
Algunas de las definiciones entregadas por los niños son:
Anciano: Es un hombre que se mantiene sentado todo el día (Maryluz Arbeláez, 9 años)
Agua: Transparencia que se puede tomar (Tatiana Ramírez, 7 años)
Blanco: El blanco es un color que no pinta (Jonathan Ramírez, 11 años)
Campesino: Un campesino no tiene casa, ni plata. Solamente sus hijos (Luis Alberto Ortiz, 8 años)
Cielo: Donde sale el día (Duván Arnulfo Arango, 8 años)
Colombia: Es un partido de fútbol (Diego Giraldo, 8 años)
Dinero: Cosa de interés para los demás con lo cual se hacen amigos y no tener esto, hace enemigos (Ana María Noreña, 12 años)
Dios: Es el amor con pelo largo y poderes (Ana Milena Hurtado, 5 años)
Envidia: Tirarle piedras a los amigos (Alejandro Tobón, 7 años)
Luna: Es que nos da la noche (Leidy Johanna García, 8 años)
Madre: Madre entiende y después se acuesta a dormir (Juan Alzate, 6 años)
Oscuridad: Es como la frescura de la noche (Ana Cristina Henao, 8 años)
Paz: Cuando uno se perdona (Juan Camilo Hurtado, 8 años)
Soledad: Tristeza que le da a uno a veces (Iván Darío López, 10 años)
Tiempo: Algo que pasa para recordar (Jorge Armando, 8 años)
Universo: Casa de las estrellas (Carlos Gómez, 12 años)
Violencia: Parte mala de la paz (Sara Martínez, 7 años).