
La nave contó con el apoyo permanente de la Gobernación Marítima, realizando coordinaciones con la Base Argentina Carlini para el empleo de personal especialista en buceo, y con la Gobernación Marítima de Punta Arenas, debido a que se encontraba activado el Centro de Búsqueda y Rescate Marítimo en fase alerta, dada la condición del Pesquero Betanzos que se encontraba sin propulsión.
Apoyo magallánico
Los trabajos de liberación del sistema de propulsión estuvieron a cargo del personal de buzos de la Base Argentina Carlini y más tarde recibieron el importante apoyo de buzos chilenos de la empresa Nautilus Sermares Ltda.
Luego de 11 días de trabajo por parte de los buzos argentinos y chilenos, el buque quedó sin restos de su arte de pesca, por lo que se coordinó con la Gobernación Marítima de Punta Arenas la respectiva inspección de máquinas del Betanzos, por parte de un inspector calificado.
Posteriormente, se efectúo una inspección parcial de máquinas debido al problema de acorbatamiento, la que estuvo a cargo del jefe de la Comisión Local de Naves de la Gobernación Marítima de Punta Arenas, teniente 1° Víctor Marín Díaz, quien llegó a la Isla Rey Jorge vía DAP. Durante la inspección se realizaron pruebas operacionales al sistema de propulsión con un resultado satisfactorio, quedando revalidado el certificado de seguridad de la nave, en condición operativa, lo cual le permitió continuar con su operación comercial en la zona.
Nautilus
Francisco Ayarza, fundador de la Empresa Nautilus Sermares, quien posee una extensa trayectoria buceando en naufragios y se desempeña como especialista en inspecciones, reparaciones y mantenciones submarinas de buques, señaló que los buzos de la empresa que dirige realizaron una ardua labor de apoyo para retirar la red de pesca enredada en la embarcación.
Agregó que los equipos más pesados de buceo, como compresores, tanques dobles y cajas de herramientas, debieron ser trasladados con el apoyo de la Fuerza Aérea en un avión Hércules.
Puntualizó que las herramientas para el trabajo de corte de red se realizó con indumentaria con la que habitualmente se cortan metales.
Indicó Ayarza que cuando llegaron los buzos de su empresa aún estaba enredada el 60 % de la red de pesca en la hélice del Betanzos, por lo que debieron realizar una ardua labor durante tres días. “Luego de ello se logró poner fin al enredo que se había generado con la red de pesca en la hélice del buque”, explicó. Producto de lo anterior el Betanzos quedó en condiciones de poder navegar.
Agregó, que “vale la pena mencionar el hecho que al tener el buque enredada su hélice con esta red de arrastre, la embarcación se encontraba totalmente inmovilizada y ante la posibilidad que pudieran empeorar las condiciones climáticas, era latente el riesgo de que el buque se pudiera perder, el mal tiempo lo pudiera haber arrastrado a la costa, con los prejuicios que es dable imaginar”.
La faena se realizó con una dotación mínima, dijo Ayarza, con un supervisor de buceo, y tres buzos comerciales, además de la colaboración de los buzos argentinos.