Un ínfimo porcentaje de las personas condenadas en la cárcel, que buscan el camino de la fe para reinsertarse en la sociedad, reincide una vez que recuperan la libertad. Esta realidad la conoce muy bien el capellán evangélico de la cárcel de Punta Arenas, Daniel Díaz Nauto (en la fotografía), quien lleva tres años trabajando con los internos. “Es una experiencia enriquecedora, porque a través de la fe buscamos la reinserción y rehabilitación de los condenados para que puedan volver a la sociedad”. Dice que “el apoyo espiritual está presente todos los días, para que logren ser personas útiles para la sociedad y la familia”.Un 75% de los internos que viven esta experiencia no reincide, entendiendo que siempre habrá un margen de error.
Los internos con los que trabajan viven en un módulo especial, sin contacto con el resto de la población penal. El trabajo se inició con 16 personas, pero en total han pasado 30 internos. Actualmente son nueve los reclusos, con quienes trabajan los siete días de la semana. Tres de los cuales les dictan talleres bíblicos. “Los tenemos con un régimen bastante estricto, en el sentido espiritual, con asesoría y asistencia espiritual. Aunque los días más activos para nosotros son los fines de semana, porque hacemos cultos masivos para la población penal”.
También cuentan con apoyos externos, como el Instituto Bíblico, empresas y comunidad evangélica, “lo cual es un incentivo para que sigamos trabajando”, refiere el pastor.
Trabajan con cuatro iglesias y Daniel Díaz representa a la Iglesia Evangélica Pentecostal, aunque también le extendieron una invitación a la Confraternidad de Pastores, a sumarse a este trabajo.
