
Pese a que los anfitriones del torneo llegaban como amplios favoritos a la brega, los charrúas mostraron un alza en su juego respecto de sus anteriores presentaciones y sorprendieron al Scratch presionándolo en su zona y no dejando que tomaran el control del juego.
De hecho a los 13 minutos tuvieron la chance de abrir la cuenta tras falta penal de David Luiz sobre Diego Lugano, pero el portero Julio César se estiró cuan largo es a su palo izquierdo, para contener el disparo de Diego Forlán.
Ese fue un envión anímico para los locales que de ahí en más creció futbolísticamente y de a poco comenzaron a manejar el esférico y a acercarse al pórtico oriental. Por eso no extrañó que a los 41’ Fred desatara los festejos en Belo Horizonte, cuando capitalizó un despeje a medias de Fernando Muslera, tras taparle un remate a Neymar.
Con ese resultado se irían al descanso, sin embargo tras el entretiempo los uruguayos salieron con todo en busca de la paridad, la cual lograron a los 48’ merced al tanto de Edinson Cavani, quien luego de una serie de rebotes, que no lograron ser despejados, robó la pelota a un defensor y con un zurdazo ajustado venció la resistencia de Julio César.
De ahí en más pudo pasar cualquier cosa: Si bien Brasil fue protagonista y se creó las mejores chances de desnivelar, Uruguay se paró bien en defensa y aprovechó los contragolpes para intimidar, pero los atacantes celestes no estaban en su día y no lograron concretar sus opciones.
Y cuando los casi 60 mil asistentes al reducto de Minas Gerais se preparaban para el tiempo complementario, a los 86’ Paulinho saltó más que todos tras un córner y aprovechó las dudas de Muslera para marcar y sentenciar la brega.
Con los pasajes listos a la final de la Copa Confederaciones este domingo, Brasil espera al ganador del encuentro que hoy animarán España e Italia para conocer a su rival.