
Acusa poco criterio de los funcionarios en terreno, señalando que la obligaron a firmar un talonario como única forma de solución. Al poco rato, llega uno de sus trabajadores con el recibo pagado, a lo que los inspectores respondieron textualmente: “señora, esto ya está pasado, además qué son $ 3.000 para usted”, como ironía a la buena situación de González.
Ante esto, se dirigió a la casa matriz de la empresa sanitaria para reclamar y regularizar su situación.
Al no recibir una solución justa, decidió dirigirse a la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) para asesorarse, entidad que tomó su caso y comprometió su ayuda. Finalmente, la usuaria señaló: “Yo le diría a Aguas Magallanes que se fijen a quien contratan para los cortes de suministros en terreno, porque los representan directamente y algunos no tienen el criterio suficiente para relacionarse con los usuarios”, dijo.