
Por este motivo la oncóloga Pilar Martínez, a nombre del equipo médico del Hospital Clínico Regional de Valdivia, donde el niño se trata, interpuso un recurso de protección para obligarla a que someta al menor a dicha terapia, el que fue acogido por el tribunal. No obstante, la madre tiene plazo hasta hoy para apelar a la resolución.
Ximena se niega a la quimioterapia basándose en una dura experiencia anterior que debió enfrentar cuando, en 2005, Robinson padeció leucemia por primera vez, la que fue tratada exitosamente con quimioterapia en el mismo recinto médico.
"Cuando estaba tratándose, él no quería la droga y me pedía a gritos la muerte porque no quería sufrir más. Él decía 'por qué yo tengo que estar en esto si mis amigos (que se someten a quimioterapia) se mueren igual'. Y ahora como él sabe todo lo que ha pasado me dice que no quiere sufrir más", afirma Ximena.
Cuenta que durante el anterior tratamiento al menor "le daban náuseas, alergias, se ahogaba, se le dañaban los riñones, vomitaba". Por esto afirma que si ahora lo vuelven a tratar "mi hijito no resiste". "Él se acuerda de todo lo vivido y me dice 'por favor mamá, no permitas que me lleven'", señala.