El Hospital Clínico de Magallanes está llamado a convertirse en un importante campo ocupacional. El presidente subrogante de la Junta Directiva de la Universidad de Magallanes (UMAG), doctor Gabriel González Lillo, confirmó que el próximo año, a partir de marzo de 2014, esta casa de estudios superiores comenzará a impartir la Carrera de Medicina.
En entrevista con Diario El Pingüino el destacado profesional, quien tiene un fuerte arraigo con la región, abordó diversos temas y su regreso definitivo a Punta Arenas. Es médico anestesiólogo. Estudió en la Universidad de Chile, la especialización la realizó en México. Trabajó como médico general de zona en Puerto Natales, entre los años 1970 y 1974. Luego permaneció en Punta Arenas, volvió a México, regresó a Santiago, trabajó en la Universidad de Chile y el año 1981 volvió a Punta Arenas y trabajó hasta el 97, cuando se fue como jefe de Anestesia y Pabellón del Hospital Sotero del Río.
Entre los años 92 y 94 fue secretario regional ministerial de Salud.
¿Doctor González, vino para quedarse o solamente de paso como se le vio anteriormente?
“Me vine a Punta Arenas sin fecha de regreso. Cumplimos una buena etapa en Santiago con mi familia. Los hijos ya están grandes, fuera del hogar, y tuvimos una oferta interesante en la Umag y en el servicio de Salud”.
¿Como fue este reencuentro en el centro asistencial?
“Me encontré con un hospital nuevo y un grupo de personas que me ha recibido muy bien. Se trabaja estupendo y por eso estoy muy contento, además que siempre me mantuve unido a Magallanes”.
Como usted trabajó en el antiguo hospital de calle Angamos y ahora está en las nuevas instalaciones ¿De qué manera nota el cambio?
“Es absolutamente distinto, y no me caben dudas de que si no es el mejor, este es uno de los mejores hospitales públicos del país, tanto por la infraestructura como por todo lo que tiene”.
¿Qué considera usted que le falta al hospital?
“Alguna vez, cuando fuimos autoridad, acuñamos la frase de que debíamos ser autosuficientes en salud. Y este es un paso muy importante. Lo que falta es dotarlo con más especialistas para resolver temas que son de extraordinario interés para la región, como las cirugías cardiacas, el tratamiento del cáncer y reforzar algunas especialidades de medicina interna. Necesitamos tener mayor cantidad de cardiólogos para la Uci. Este hospital, en comparación con los de Santiago, como el Sotero del Río, de donde vengo, hay una diferencia tremenda”.
¿Y en su área, cómo encontró los pabellones?
“Excelentes, son numerosos y se encuentran muy bien dotados. El equipamiento es de alta calidad. Eso sí, están faltando más médicos anestesiólogos, para que podamos tener un trabajo más aliviado y resolver la demanda que ejerce la población sobre el hospital. Porque además de nuestro horario normal estamos trabajando en jornadas extraordinarias para resolver muchas patologías pendientes”.
¿Cuando fue seremi ya se hablaba de un hospital nuevo?
“La verdad es que no. Esto fue posterior, en la época de la doctora Amarales (Lidia). Ahí surgió el proyecto y debo decir que fue una idea de tramitación bastante rápida, para los tiempos que generalmente tardan este tipo de obras”.