
Un enorme bloque de hielo de unos 700 kilómetros cuadrados, algo así como ocho veces la isla de Manhattan en Nueva York, se desprendió del glaciar Pine Island de la Antártica. Los expertos estaban realizando un seguimiento a este glaciar desde el año 2011, cuando la misión IceBridge de la Nasa había detectado la fisura. El lunes pasado, y gracias al satélite alemán TerraSur-X se pudo confirmar que la grieta había abarcado toda la plataforma de hielo, provocando la posterior separación del bloque de hielo.