
El turismo antártico la última temporada registró una afluencia de 35.000 visitantes, lo que se tradujo en un incremento de un 32% respecto de la anterior 2011-2012, cuando llegaron 26.500, generando
US$ 300 millones en ganancias.
Hoy, la mayor parte de quienes visitan este continente son australianos (11%), alemanes (9%), ingleses (8%), canadienses, franceses y chinos (4%).
Aunque Chile posee una ubicación geográfica privilegiada que le permite mantener un puerto aéreo con el llamado “continente blanco” y evitar así que los cruceros tengan que atravesar el turbulento Mar de Drake, lo cierto es que su potencial turístico está desaprovechado. Un ejemplo de esto son los cruceros antárticos, que se concentran casi con un 95% en Ushuaia (Argentina), mientras que al otro lado del Canal Beagle, en Puerto Williams, no explota aún el atractivo de ser la localidad más austral de América. Es por eso que dentro del Plan Estratégico Antártico 2011-2014, el Gobierno se trazó el objetivo de fortalecer el posicionamiento de Chile como país puente y a la Región de Magallanes y Antártica Chilena como puerta de entrada a la Antártica. Para ello, la estrategia de posicionamiento apunta a desarrollar dos áreas, comprendiendo una perspectiva regional que estimule el desarrollo de actividades y facilidades que consoliden la conexión con el Continente Antártico a través de la región y generar una identidad antártica nacional. Fijándose para Punta Arenas los siguientes objetivos: estudiar con otros ministerios el establecimiento de tributarios, aduaneros y portuarios, que aumenten la competitividad de Magallanes en su rol de acceso a la Antártica; desarrollar servicios logísticos, operacionales y construir un Centro Internacional Antártico; desplegar una política proactiva de inversiones en la región aprovechando, entre otros, los instrumentos que actualmente posee Corfo. En tanto que para Puerto Williams se estableció iniciar los estudios que permitan generar una infraestructura portuaria, aeroportuaria y de telecomunicaciones, a fin de aprovechar su privilegiada ubicación. Concluir la construcción del camino Vicuña-Yendegaia. Potenciar las capacidades turísticas y culturales existentes, así como estimular el desarrollo de la infraestructura hotelera y de servicios antárticos. Finalmente, favorecer el asentamiento humano en los puntos de entrada al continente blanco.
En lo relativo a generar una cultura e identidad antártica se fijó como meta realizar a nivel nacional campañas de difusión de las actividades antárticas, así como también aumentar y difundir el conocimiento de la vinculación de Chile con la Antártica en la “Imagen País” y en la oferta turística.