
Los manifestantes interrumpieron algunas operaciones en polos industriales, refinerías y los accesos a algunos puertos, incluido el de Santos, el más importante del país.
En Belo Horizonte paralizaron temporalmente el metro y las líneas de autobuses, que usan más de 200.000 personas diariamente.
En Sao Paulo, más de mil mensajeros en motocicletas avanzaban hacia la Avenida Paulista, el corazón empresarial de la ciudad, para reclamar mejores condiciones de trabajo.
Además, el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) ocupó parte de la sede del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra) en Brasilia para reclamar que el Gobierno reanude la reforma agraria, que según ellos está paralizada.
En Salvador los bancos no abrieron las puertas y tampoco algunas escuelas.
Los manifestantes, en su mayoría portando banderas de sindicatos y partidos políticos de izquierda, bloquearon desde el comienzo del día decenas de carreteras en todo el país, incluyendo la Vía Dutra, la autopista más importante del país por comunicar a Río de Janeiro con Sao Paulo.