
Tesoros Humanos Vivo, una distinción que festeja por quinta vez la Unesco junto al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Una tradición de cuatro generaciones y que se niega a morir fue reconocida como Tesoro Humano Vivo, una distinción que festeja por quinta vez la Unesco junto al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) y que este año destacó a tres nuevas comunidades y personajes típicos del país. Para Valparaíso, la Corporación Cultural de Organilleros de Chile (de las regiones Quinta y Metropolitana) pasa a ser la primera denominación continental, ya que en la región los primeros en obtener la condecoración fueron la poeta e historiadora María Virginia Haoa y el músico Federico Pate Tuki, ambos de Rapa Nui. Manuel Lizana, de 87 años y el único fabricante de organillos que queda en el país, dice que ya puede morir tranquilo. Su hijo, nieto y bisnieto -también chinchineros- realizan esquinazos en el puerto y su oficio ha sido el pasaporte para llevar su arte al mundo.