Los recursos desembolsados durante los años que lleva luchando con la enfermedad son millonarios. Mauricio Navarro libra una lucha increíble por su vida desde 1999 cuando le diagnosticaron leucemia. Es técnico en informática y funcionario del Serviu, y sin querer se transformó en la primera persona en Chile en ser sometida a un trasplante de células madres por parte de un hijo. Esta opción surgió luego de batallar 14 años con la enfermedad, donde prácticamente no había nada más que hacer. En noviembre de 2012, Navarro fue sometido a un trasplante de médula ósea en la Clínica Santa María, donde recibió células madre donadas por su hijo, de 14 años.
La hermana, Ximena Navarro, dijo que el proceso fue exitoso durante tres o cuatro meses. Después, lamentablemente, volvió a recaer y producto de lo mismo empezó a sufrir la caída de piel. Y como si esto fuera poco, la misma leucemia le acarreó efectos secundarios, como la aparición de diabetes.
“Las células buenas están luchando con las malas y el primer síntoma recayó en su piel. Es como si se descamara y para evitar esto debe usar una crema que cuesta 70 mil pesos, pero que no le dura más de 10 días”.
Para levantar las plaquetas y no estar todos los días internado debe tomar una pastilla quincenal que le cuesta $ 898.000. “Dos a tres veces a la semana debe hacerse exámenes obligatorios. Todo suma, hasta que llega un momento en que no puedes más”. Por lo mismo Ximena describe a su hermano como un guerrero. “No ha bajado las manos, es una persona admirable”.
De paso agradeció a los compañeros del Serviu, “son personas muy buenas, que le facilitaron una de las piezas de la residencial del organismo en Santiago”.
Rifa
Ximena Navarro está organizando una “rifa masiva” para reunir fondos para su hermano, porque los recursos económicos se acabaron y es difícil para esta familia solventar tanto gasto.
El número costará mil pesos, pero con muy buenos premios, donados por el comercio local que solidariza con esta causa. Los talonarios estarán disponibles muy pronto y el sorteo podría ser el 4 de octubre. De antemano, la hermana apela a la solidaridad de los magallánicos, comprando un número cuando alguien se los ofrezca.