“Estamos comunicando a los padres de los niños esta resolución y entregando todas las carpetas al Sename para que vean qué hacen con los niños”, indicó el obispo en rueda de prensa convocada para dar a conocer públicamente su postura por el cese de funciones del centro católico. “Hemos perdido el concurso y esperamos que la nueva institución los atienda mejor que nosotros, y cuanto antes sean ayudados en sus dificultades mejor, porque sobre todo nos importa la atención de los niños”. Tarea que, según las bases de la licitación, la nueva entidad asume a partir del 22 de agosto. “Ojalá que los atiendan muy bien y logren ser rehabilitados para el bien de todos, especialmente de los menores”, comentó.
Fue claro en señalar que como Iglesia han puesto dinero para que la Fundación Esperanza siga adelante, y que le parece impresentable tener que recaudar dinero “para hacer lo que le corresponde al Estado”.
En su crítica puso como ejemplo lo que sucede con el Centro de Larga Estadía, que por problemas de calefacción funciona a medias, siendo que “hay plata para instalar una bandera que cuesta 400 millones de pesos”.
El pastor fue claro en señalar que “nosotros somos una institución que colaboramos con el Estado, pero la responsabilidad de los niños es del Estado no nuestra”.