
El fiscal Eugenio Campos señaló que los imputados serán investigados por dos delitos: uno que dice relación con quienes bajo intimidación o amenazas, incluso causando disturbios y daños, impidan la realización de un culto autorizado por la República. Además fueron formalizados por daños calificados, debido a los diversos destrozos que se cometieron al interior del templo católico.
El juez fijó un plazo de tres meses para el cierre de la investigación, y los imputados quedaron con prohibición absoluta de acercarse a la iglesia Catedral, medida que no cuestionaron.
Más formalizados
Después de la audiencia, el fiscal Eugenio Campos informó que la investigación continúa y se dispuso realizar diversas diligencias. A la Policía de Investigaciones se le encomendó individualizar a otras personas involucradas en el atentado, “por lo que no descartamos ampliar la formalización a otros partícipes”.
Los menores de edad, de iniciales A.M.M.O., F.J.M., B.A.A.V., N.A.B.M., y Sebastián Soto, fueron formalizados a partir de los hechos ocurridos el domingo 13 de enero, a las 18 horas, cuando se apersonaron a la Catedral, donde se realizaban los preparativos para dar inicio a la celebración del culto eucarístico, a cargo del padre obispo, que a esa hora ya reunía a algunos fieles. “Todos los imputados individualizados, junto a un grupo de personas, hasta ahora indeterminadas, que conformaban un grupo organizado hicieron ingreso al templo religioso con pancartas alusivas a la matanza de perros, irrumpiendo con voces amenazantes, profiriendo expresiones ofensivas para con la persona del padre obispo Bastres”.
El fiscal mencionó en la formalización que los cinco imputados avanzaron hasta la zona del altar, lugar donde dos de los imputados (A.M.M.O, y B.A.A.V) se dirigen a la puerta por donde ingresa el pastor a la misa, “y desde allí comenzaron a vociferar expresiones al tiempo que violentamente patearon la puerta señalada, hasta lograr fracturar uno de sus vidrios, instantes que terceros salieron desde dicha puerta con la finalidad de calmar la situación, siendo compelidos por los imputados a volver a ingresar a dicha dependencia, con forcejeos e intentos de agresión”.
Asimismo, “el imputado N.A.B.M., procedió a tomar una campana utilizada como decoración de la iglesia, levantándola en signo de repudio al sentimiento religioso”. Por su parte, el imputado F.J.M., sustrajo una tapa de un elemento contenedor de vino de misa. “Sebastián Soto Núñez tomaba parte activa en todas las manifestaciones”, indicó Campos.
El abogado del obispado, Francisco Cárdenas, expresó su satisfacción por la formalización de estas personas, solicitud contenida en la querella que presentaron en su momento por interrumpir un culto de la República, con tumultos y agravios. “Pero estamos claros que no solamente son estos cuatro menores y un adulto, hay muchos más que debieran estar sentados acá (en el tribunal). Eso se debiera realizar, pero no es fácil de identificar porque dentro de la propia cobardía de muchos que estiman hacer estas cosas y luego arrancan, lo que hay que hacer ahora es identificarlos”.