El incidente ocurrió cuando la víctima se encontraba en compañía de la mujer al interior de la cabina de su camión, estacionado en Costanera del Estrecho, frente al muelle Mardones, y ella lo besó.
Los jueces establecieron que la acusada le cercenó al camionero parte considerable de la lengua, miembro único y relevante en su organismo, impidiendo con ello que cumpla sus funciones naturales, con las secuelas de por vida. Entre otros aspectos, en su comunicación verbal, pues hay palabras y letras que no puede pronunciar correctamente; problemas para percibir el sabor, gusto, e inconvenientes en la deglución de los alimentos o percepción elevada de la temperatura de las comidas.