Patiperro, aventurero y soñador recorre Chile en 30 días

General
24/08/2013 a las 10:45
Adolfo Alejandro Garrido Contreras, 47 años, hace tres días llegó por segunda vez en su vida a Magallanes; la primera vez, en 1997, logró juntar dinero, realizando eventos, para estudiar periodismo; hoy, con micrófono y cámara busca mostrar al mundo las historias que aquejan a la región. Adolfo Alejandro Garrido Contreras, 47 años, ya pasó por el desierto abrazante del norte, la nostalgia consentida del centro, las lluvias interminables del sur, y la ruta imperecedera del austro… Y la síntesis del viaje es un país unido por problemas y demandas insatisfechas.
“Desde Arica a Punta Arenas, los inconvenientes ambientales y sociales son los mismos y la gente se está organizando en asambleas ciudadanas. Muchos que no votaban están despertando y exigiendo… La experiencia es sorprendente y la generosidad de las personas mucho más”, explica Garrido.
En treinta días de viaje, el asiento de los buses se ha transformado en su dormitorio habitual. Personas totalmente desconocidas en amigos entrañables… Un sueño silencioso y anónimo que despertó en la ciudad de Concepción, en otro inmenso y colectivo que crece en el recuerdo de cada persona que conoce, en cada ciudad que deja, pero que al final queda grabada en su cámara Nikon.
Pronto las historias de Arica a Punta Arenas quedarán unidas en el documental “Marcel Claude Presidente Tenemos un viaje”, iniciativa que no cuenta con financiamiento y que “crece en la voluntad de personas que buscan mejorar la calidad de vida del país”, precisa.

No estaba prevista la hora de llegada desde Concepción. Pero el azar quiso que a las cinco de la mañana, junto a su hija María Jesús, estuviera en la capital. Era el punto de partida de la aventura. No conocían a nadie. Sólo tenían un contacto que hicieron a través de Facebook, con una pareja adherente al candidato presidencial Marcel Claude.
“Llegamos dos personas extrañas a una casa, a juntarnos con Claudia y Claudio, una pareja que no conocíamos. A las siete de la mañana ellos tenían que irse a trabajar y nosotros nos quedamos en su hogar, ese es el nivel de confianza que se ha generado, la solidaria, donde el denominador común es Marcel Claude… Esa chapa te da confianza, es algo muy bonito, es como la época del Sí y No, hay una mística que prima”, explica Garrido.
Ya tiene más de mil gigas de grabación, cientos de testimonios. Y un apoyo que cada día que pasa sorprende:
“El grupo Bordemar nos autorizó a utilizar su música oficial. Nadie la pidió, pero la ofrecieron. También un amigo de Colombia que hace música para cine, otro chico de Huasco que se llama Polo Cortés y tiene una música sorprendente… Y quien va a hacer la locución del documental es Jorge Lillo, la voz que marca el programa Momentos de Discovery. Todos se han ido sumando en la medida que van conociendo el proyecto, seduce la idea de contar la historia de Chile por sus propios protagonistas”, señala.
Pero la odisea de Adolfo Alejandro Garrido Contreras es más antigua. El año 1989, cuando estudiaba derecho, tuvo una hija, y por recovecos de la memoria que no destapó -y no vienen al caso- quedó como padre soltero.
Desde entonces su hija María Jesús Garrido Baurle, hoy de 24 años, se transformó en su compañera, amiga, confidente de sueños y aventuras. Ella, le pidió que hiciera el documental. Lo dejó todo y se lanzó a la tarea.
“Hemos hecho miles de cosas con mi hija, fuimos scouts juntos. Cuando tenía siete años la llevé por primera vez a mochilear… Una vez salimos a caminar y tomamos el tren de Concepción (cuando había) hasta la capital. María Jesús tenía 9 años, volvimos al día siguiente y la tele todavía estaba encendida”, cuenta sin parar anécdotas.
Cuando su hija partió a estudiar Antropología a Buenos Aires hicieron un programa de radio a la distancia, utilizando la tecnología. Tres años duró la aventura. Hoy estudia Medicina Veterinaria en la Universidad Austral de Chile.
Pero el año 1997 lo marcó. Llegó por primera vez a Punta Arenas. Hizo eventos, se disfrazó de payaso, trabajó en fotografía... Juntó dinero y logró estudiar periodismo, leyes había quedado en el camino. Sacó el primer diario de su facultad, en la Universidad San Sebastián, de Concepción.
“A Marcel, lo conocí porque fui periodista de los trabajadores de la pesca artesanal cuando él era director de la Fundación Terra. Era de las pocas personas serias, sinceras que defendían de verdad el trabajo de los hombres de mar. También lo fue el senador José Ruíz Di Giorgo, todavía los dirigentes lo recuerdan, porque su trabajo en el Parlamento fue honesto y jugado”, explica.
Y el viaje para el documental comenzó a cobrar forma. Difundieron a través de YouTube la iniciativa (ver en: www.youtube.com/watch?v=E05E95w1PIA). Dio resultado y se juntaron casi 900 mil pesos para pasajes. La comida y alojamiento corre hasta hoy por cuenta de voluntarios que apoyan el proyecto.
Pero el viaje no ha estado exento de inoportunos. En La Tirana, a María Jesús, le dio la gripe H1N1: “La clínica cobraba 45 lucas y el hospital era un colapso. Ella no pudo seguir y un médico que adhiere a Marcel la atendió y le dio reposo absoluto”, recuerda.
A Garrido le sorprendió la historia de Mejillones: “Hay siete termoeléctricas, un récord… Fuimos a grabar, y los vidrios del auto quedaron negros”.
En Aysén le costó entrar y salir… En Mañihuales, se supone que ahí le iban a dar antecedentes de la lucha y en el comando por Marcel lo recibirían encantado, pero la historia fue otra: “Cuando llegamos la gente nos miraba a qué vienen acá… y quién es Marcel… Y cómo es físicamente… No lo conocemos… Al final terminamos siendo amigos… Ahí lo conocieron”, indica.
Mañana el periodista regresa a Puerto Montt, de ahí en bus a Concepción. Y en menos de 30 días espera tener un boceto de la historia de un Chile silencioso que busca cambiar su propio destino.
“En el fono queremos romper las barreras de un modelo que tiene arruinado los sueños del país”, sentencia.

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