“Fue una experiencia muy desagradable, porque me sentí vulnerada”, comentó al tribunal una de las mujeres en su declaración. Llorando terminó su declaración una de las víctimas del llamado “sicópata sexual”, Guillermo Armando Levicoy Miranda, acusado y llevado a juicio oral por la Fiscalía de Punta Arenas, por seis hechos delictuales, incluida una violación impropia.

El fiscal Fernando Dobson solicita para esta persona penas de cinco años y un día de presidio por delitos de abuso sexual en carácter de reiterados; más otra pena similar por la violación de una menor de edad.

El juicio oral en contra del acusado proseguirá hoy, en su tercera jornada.

El fiscal dijo que espera acreditar cada uno de los hechos descritos en la acusación.

Para lograr su objetivo es fundamental la declaración de las propias víctimas.

Algunas entregaron ayer su testimonio de lo vivido frente a los jueces. Como la mujer que el 16 de marzo, a las 8.00 horas, caminaba por Martínez de Rosas a esperar locomoción.

Dijo que apareció el sujeto en un auto, se estacionó al lado de ella, bajó del auto y la siguió. Luego la tomó por atrás y le agarró los brazos para tocarle todo el cuerpo.

Indignada la víctima lo cacheteó y luego lo agredió con un cigarro encendido y así pudo escapar.

El hecho no lo denunció de inmediato, pero días después familiares le informaron sobre la detención de un sujeto cuya foto aparecía en Diario El Pingüino.

Ahí la víctima lo reconoció y resolvió hacer la denuncia.

“Fue una experiencia muy desagradable, porque me sentí vulnerada”, comentó al tribunal.

Otra de las víctimas, que también declaró tras un separador de ambiente, contó que el 5 de marzo, cuando se trasladaba a su trabajo sorpresivamente apareció un auto, quien pasó lentamente a su lado, bajó el vidrio y le agarró los glúteos.

Al día siguiente Levicoy pasó por el mismo lugar, buscando a la mujer, hasta que la encontró y le volvió a tocar los glúteos.

“Esto me produjo mucho miedo”, confesó.
Guillermo Levicoy también es acusado por violación.

La denuncia la interpuso la madre de una niña de 13 años luego de que la hija le confesara a su hermana mayor que había tenido relaciones sexuales con el hijo del pastor de la iglesia a la que asistía la familia.

Aún cuando el acto sexual habría sido con el consentimiento de la menor, para el fiscal legalmente estos hechos constituyen una violación impropia.

El abogado defensor, Cristián Opazo, no va por la absolución de su cliente, sino intentará que se le reconozca la colaboración del acusado ante la policía por algunos casos.

En otro delito pide la recalificación de abuso sexual a ofensas al pudor.

“Respecto a la violación impropia la negamos absolutamente, creemos que la prueba no es suficiente para acreditar un hecho de esta naturaleza”.