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En una extensa entrevista con el editor ateo del diario de centroizquierda “La Repubblica”, dijo que demasiados papas anteriores en la larga historia de la Iglesia fueron “narcisistas” que se dejaron adular por sus “cortesanos”.
“La corte es la lepra del papado”, criticó Francisco, que ha llevado al pontificado un nuevo estilo de apertura, consultas y sencillez.
La entrevista, realizada la semana pasada en la austera residencia del Papa en una casa de huéspedes del Vaticano, se publicó cuando comienza una reunión de tres días a puertas cerradas con ocho cardenales de todo el mundo para que lo ayuden a reformar la problemática administración del Vaticano, conocida como la Curia.
Hay algunos “cortesanos” entre los administradores de la Curia, pero su defecto principal es que está demasiado encerrada en sí misma, sostuvo Francisco.
“Cuida por los intereses del Vaticano, que todavía en gran parte son intereses temporales. Esta visión vaticano-céntrica descuida el mundo a su alrededor y yo haré todo para cambiarlo”, agregó.
El Papa señaló que los ocho cardenales, entre ellos el chileno Francisco Javier Errázuriz, que eligió para formar su consejo de asesores no tienen motivos egoístas.
“No son cortesanos sino gente sabia que está inspirada por mis mismos sentimientos. Este es el comienzo de una Iglesia con una organización que no es sólo vertical sino también horizontal”, manifestó.
Con respecto a su fe personal, Francisco dijo: “Un Dios católico no existe (...) Yo creo en Jesucristo, su encarnación. Jesús es mi maestro y mi pastor, pero Dios, el padre (...) es la luz y el creador”.
En la entrevista, el Papa argentino señaló que la noche en la que los cardenales lo eligieron en la Capilla Sixtina el 13 de marzo, antes de aceptar formalmente, pidió ir a una habitación contigua para estar solo.
“Mi cabeza estaba completamente vacía y me vino una gran ansiedad. Para hacer que se fuera y relajarme cerré los ojos y todos los pensamientos se fueron, incluso el de no aceptar”, recordó.