
Roca había llegado al ayuntamiento de Marbella en los años 1990 de la mano del entonces alcalde Jesús Gil, controvertido ex presidente del Atlético de Madrid fallecido en 2004, quien le otorgó un gran poder, mantenido por sus sucesores, Julián Muñoz y Marisol Yagüe, también del partido populista conservador GIL.
La fiscalía acusaba a Roca de haber cobrado durante años cientos de millones de euros en sobornos de empresarios de la construcción que repartía entre los responsables municipales a cambio de recalificaciones de suelo o contratos públicos.
“El objetivo era el control político del ayuntamiento para conseguir beneficios económicos, habiendo ejercido el propio Roca como alcalde de hecho en Marbella durante años (...) comprando en ocasiones voluntades de personas como los concejales”, señaló la sentencia.
La magnitud del escándalo, destapado en 2006, en pleno auge de la burbuja inmobiliaria española que estallaría dos años más tarde sumiendo al país en la crisis, llevó el entonces gobierno socialista a disolver el consistorio municipal marbellí, una medida inédita en la democracia española.
Al término de un macrojuicio que comenzó hace tres años, con unas 800 horas de audiencias y la comparecencia de 400 testigos y expertos, Yagüe fue condenada a seis años de cárcel y 2,3 millones de euros (3.100.000 dólares) de multa, y Muñoz a dos años de prisión.