
Otro producto que presentó una importante diferencia de precios fue la lechuga, que en Magallanes tiene un costo de $ 1.390, mientras que en Santiago, el valor fue de $ 990, es decir la diferencia es de $ 400. En el caso de los tomates el margen de precios alcanza 190 pesos por kilo, pasando desde los $ 790 en Magallanes a los $ 600 en la Región Metropolitana (ver tabla comparativa).
Del total de los productos comparados, las papas y las manzanas fueron los únicos productos que fueron encontrados a un menor precio en Magallanes.
En el caso de las papas, el costo por kilo en Magallanes es de $ 790, mientras que en Santiago el costo es de $ 800.
Las manzanas en Magallanes cuestan $ 799 el kilo y en Santiago $ 869, es decir la diferencia de precios alcanza los 70 pesos.
Encuesta de Presupuestos Familiares
De acuerdo con la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF), publicada en septiembre a través del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), las familias destinan el 18,63% del presupuesto familiar a alimentos y bebidas no alcohólicas, siendo el segundo gasto más importante, luego de los consumos catalogados como Otros, que considera la salud, bienes y servicios diversos.
Al distinguir por género se obtiene que son las mujeres (15,20%) las que destinan mayor cantidad de presupuesto a la alimentación y a las bebidas no alcohólicas.
De acuerdo con este sondeo, publicado por el INE, los alimentos más consumidos, en los hogares magallánicos, se encuentra la lechuga, que está en el 53,6% de los hogares, siendo la única verdura que está en el ranking. En tanto que el alimento más consumido por los hogares magallánicos es el pan, con un 93.2%.
Se mantienen los precios
Debido a que gran parte de la zona central se viera afectada por el clima y luego de que el Gobierno ampliara la zona de emergencia, la Confederación Nacional de Organizaciones de Ferias Libres, Persas y Afines (ASOF C.G.) sostuvo que los precios de hortalizas y frutas en las ferias libres del país, no experimentaron grandes alzas. Sin embargo, manifestó que “éstas debieran producirse a partir de noviembre, ya que se verán afectados los cultivos de “primores” -o primera producción- en verduras, como porotos verdes, tomates, zapallo italiano, pepino, pimentón y habas; en frutas, los carozos, como damascos, nectarines, arándanos cerezos, inclusive la palta”.
En la oportunidad realizaron un llamado a los consumidores a estar tranquilos ya que se han incorporado nuevos sectores productivos, o sea, existe mayor suelo agrícola, sobre todo para el área de producción frutícola, que podría balancear las necesidades internas para controlar o regular los precios. Además, este es un país que tiene muchos microclimas”, destaca a través del sitio.
En el caso de la producción frutícola se estima que, en diciembre, podrían verse efectos, en la cosecha de cerezos, nectarines, damascos, y más adelante las uvas, allí se notará el efecto de las primeras producciones.
En relación a las heladas, el gremio señaló que “estas crisis serían menos impactantes para la pequeña agricultura, la más afectada con ello, si existiera una política pública de fomento, planificación y desarrollo dirigida al canal agroalimentario tradicional, compuesto por pequeños productores y ferias libres, que abastecen al mercado interno, alimentando al 70% de los chilenos y chilenas. Como no existe un plan de fomento estable, en cuanto a la capacitación e inyección de tecnología y recursos, cualquier emergencia climática, ocasiona una crisis de envergadura en una agricultura con graves deficiencias. Y aquí son los pequeños los que necesitan recursos y no las grandes empresas agrícolas”, señala Froilán Flores, vicepresidente del gremio.