
Silva no esconde su molestia por la “lentitud” de la búsqueda y “falta de comunicación” por parte de las autoridades a cargo de las operaciones, que son coordinadas desde el aeródromo de Tirúa.
“Recién ahora intervendrá la Onemi con los recursos necesarios, entrará el robot al mar, recién van a llegar equipos especializados en rastreo por tierra. Ha sido bastante tarde. Se pudo hacer algo antes. Sé que hay que cumplir con protocolos, pero había que avanzar mucho más rápido”, sostiene.
En ese sentido, la polola de Luengo Espinoza asegura que “en este país las cosas funcionan en base a presión, por eso desde el comienzo nosotros hemos instado a que la búsqueda también fuese terrestre”.
“Estamos todos muy desesperados. El clima está muy malo (...). Tenemos todas las esperanzas de que están en tierra (...). Imagínate, si están ahí, pasaron dos noches a la interperie. Sabemos que el terreno es escabroso, complicado de abordar, pero en nuestro país tenemos un equipo de rescate andino especializado”, apunta.
Silva comenta que ésta era la primera vez que su novio Jorge Luengo Espinoza y el padre de éste, Jorge Luengo Suazo, viajaban a Isla Mocha.
“Y fue terrible”, afirma sobre el vuelo que también estuvo a punto de abordar.
“Yo también iba a viajar y por una descoordinación, otro viaje que tuve que hacer, no pude llegar, si no, hubiese ido en esa avioneta”, confiesa, subrayando que el día de la desaparición del Cessna 172 “nadie se comunicó con nosotros”.