¿Qué hacer cuando llega el celo? La pregunta se repite una y otra vez. Optar por la reproducción o impedir la presentación del celo son alternativas. Lo primero es desterrar algunos prejuicios erróneos sobre la anticoncepción y la esterilización. Ninguna alternativa va ser absoluta sobre la otra, existen ventajas y desventajas sobre una u otra.
Antes de decidirse por alguna alternativa, debemos revisar algunos conceptos de cuándo y cómo aparece el celo en las perras y las gatas.
La hembra canina alcanza la madurez sexual entre los 8 y los 15 meses, dependiendo si son de raza pequeña o grande. El celo se presenta una vez cada 6 meses después de un período de inactividad sexual que va desde 120 hasta 180 días. Cuando la hembra comienza el celo experimenta una serie de cambios conductuales, las hormonas responsables son los estrógenos que inician su tarea de prepararla al animal para un período de receptividad sexual. Posterior a esto se produce apareamiento, ovulación y formación de cuerpo luteo, responsable de secretar la hormona progesterona y así mantener la gestación. De no ocurrir gestación, el cuerpo luteo que se forma después de la ovulación tendrá una sobrevida de 70-75 días. Después de la regresión del cuerpo luteo, la perra entrará nuevamente en el período de inactividad sexual.
En el caso de la hembra felina, ésta alcanza la madurez sexual alrededor de los 7 meses de edad, variando según el peso físico, época de nacimiento de la hembra y según la raza. Su ovulación es inducida, de tal forma que el coito mismo actúa como estímulo desencadenante de la ovulación. En sí el celo de la gata aparece después de un período de reposo sexual en la época del año en que las horas luz comienzan a aumentar, su aparición se produce de forma súbita, con una duración de 3 a 4 días, momento en el cual las hormonas circulantes, nuevamente los estrógenos serán los responsables de todo el comportamiento sexual, al ser de ovulación inducida. Si no hay apareamiento la hembra vuelve a presentar celo en un lapsus de 10 a 20 días después y seguirá así hasta que caiga en el período de inactividad sexual una vez que las horas luz comienzan a disminuir. Si se produce gestación, al igual que en la perra, el cuerpo luteo será el responsable de mantener la producción de progesterona.
Los productos farmacéuticos o llamados anticonceptivos que pueden impedir celo y preñez en perras y gatas disponibles en el mercado se encuentran en forma de pastillas y/o inyecciones. Hay distintos tipos de anticonceptivos que pueden ejercer este efecto pero en esta ocasión pondremos énfasis en los progestágenos. Estos son los más efectivos, porque actúan mimetizando el efecto de la progesterona del cuerpo luteo y así evitando una nueva aparición del celo. Hoy por hoy, se han desarrollado varias generaciones de progestágenos ofreciendo una alternativa más barata a la cirugía y la posibilidad de poder reproducir nuevamente a la mascota si deseamos. Sin embargo, los progestágenos tienen alta probabilidad de generar efectos secundarios que son muy nocivos para la salud de nuestras mascotas. El problema mayor se produce cuando el anticonceptivo se da en dosis errónea o se aplica en una época del ciclo sexual que no corresponde, con esto se puede producir un exceso de estimulación de la capa interna del útero (endometrio) dando lugar a endometritis y piómetra. Esta última es una patología grave que puede poner en riesgo vital a la mascota. Para evitar estos inconvenientes, los anticonceptivos sólo y estrictamente deben ser administrados por un médico veterinario, quien será el encargado de indicar si es posible administrar este método y en qué dosis y en qué período del ciclo.
Por otra parte, la esterilización o castración es un procedimiento quirúrgico en el cual se procede a extirpar los ovarios y el útero de la hembra, por eso en el vocablo médico se le llama ovariohisterectomía. Si bien la cirugía como desventaja frente el uso de los anticonceptivos puede resultar más cara, es un procedimiento que es definitivo y se realiza una sola vez. Además elimina los períodos de celo, el olor que atrae a perros y gatos, todos machos extraños a su casa. Aparta los maullidos y ladridos durante la época de celo, elimina los riesgos directos de gestación, los problemas de cáncer o infección de útero, reduce ampliamente los problemas de sobrepoblación, evita el estrés por frustración sexual. También en machos la esterilización quirúrgica ofrecerá ventajas como disminuir el deseo de salir a la calle, reduce los riesgos de enfermedades prostáticas y testiculares, evita que los machos que andan en libertad se peleen por el territorio y que así se contagien de otras enfermedades.
Cuando piense en la reproducción de su mascota piense bien cuál alternativa es la más indicada. Asesórese por su médico veterinario.