
El renunciado director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Francisco Labbé, declaró ayer ante la comisión investigadora de la Cámara de Diputados, encargada de indagar las presuntas irregularidades detectadas en el Censo 2012. “Todo lo que ha salido, se ha manifestado, se ha dicho, ha sido practicamente un asesinato público a mi persona”, aseguró Labbé durante la declaración. Labbé insistió, en una declaración que se ha extendido por más de dos horas, que “no hubo alteración de la base de datos del Censo”, recalcando que “las bases de datos están limpias, lo dijo el actual director del INE (Juan Eduardo Coeymans) en esta comisión”. Aseguró que el Censo fue responsable, válido y sujeto a todos los organismos internacionales.