Por su parte, la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, sitúa a Magallanes en el último lugar a nivel país en cuanto a consumo semanal de frutas. Los hábitos y situación nutricional de los magallánicos presentan números muy negativos, que sitúan a la población en la llamada “zona de riesgo”. Por eso hoy, al celebrarse el Día Mundial de la Alimentación, las autoridades llaman a crear conciencia sobre el problema alimentario. En el contexto mundial, Chile se comprometió a superar la malnutrición infantil y “el fomento de la alimentación saludable de acuerdo a lo planteado en la estrategia nacional de salud y sus respectivos objetivos.
Este año la conmemoración mundial lleva por lema: “Disponibilidad y accesibilidad para el consumo de fruta y verdura en la población”.
Sobre los hábitos y situación nutricional de los magallánicos, la Encuesta Nacional de Actividad Física del IND 2009 arrojó como resultado que la Región de Magallanes tiene un 91,5 por ciento de sedentarismo (encuestados mayores de 15 años).
Por su parte, la Encuesta Nacional de Salud, 2009-2010 del Ministerio de Salud, sitúa a Magallanes en el último lugar a nivel país en cuanto a consumo semanal de frutas. Además, le otorga el tercer lugar promedio de obesidad en Chile. Asociado a lo anterior, esta región lidera en patologías relacionadas con estilos de vida poco saludables. Magallanes cuenta con las tasas más altas del país de muertes por enfermedades del sistema circulatorio e isquémicas del corazón y el segundo lugar de muertes por tumores malignos.
Asociado al lema de este año, y a los compromisos de Chile en el fomento de la alimentación saludable, la recomendación del Ministerio de Salud es consumir cinco porciones de frutas y verduras durante el día.
Enfermedades crónicas
Producto de la realidad nacional en cuanto a la prevalencia, elevada y creciente de enfermedades crónicas como la diabetes, obesidad, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y distintos tipos de cáncer, se realizó una nueva adaptación de las guías alimentarias con el fin de contribuir al cambio de hábito, a través de una población informada. Es importante mantener un peso normal, limitar las grasas saturadas; aumentar el consumo de frutas y de hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos; limitar la ingesta de azúcares libres y la ingesta de sal (sodio).